A través de redes sociales, la cuenta oficial de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) emitió una alerta sobre una posible tormenta geomagnética de clase G2, originada por una eyección de masa coronal (CME), prevista para este miércoles 24 de julio, por lo cual estarán monitoreando su trayectoria de cerca.
Como es sabido, uno de los fenómenos naturales asociados con estas tormentas son las auroras boreales, las cuales se forman debido a la interacción de partículas cargadas del sol con la atmósfera terrestre. Por lo tanto, se anticipan avistamientos de luminiscencia en el cielo en regiones del medio oeste y al norte de Estados Unidos.
Según los pronósticos emitidos por el NOAA, se espera que la nube de plasma impacte nuestro planeta este miércoles, lo cual podría ocasionar "fluctuaciones en la red eléctrica".
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Según el Instituto Geográfico Nacional, las tormentas geomagnéticas son alteraciones del campo magnético terrestre que pueden perdurar desde varias horas hasta varios días. Estas perturbaciones tienen su origen en eventos externos, resultantes de un repentino aumento en las partículas emitidas durante las erupciones solares, las cuales impactan la magnetosfera y provocan modificaciones en el campo magnético de la Tierra.
Estas tormentas tienen un alcance global y comienzan simultáneamente en todo el planeta. Sin embargo, la intensidad con la que se manifiestan varía según la latitud, siendo más pronunciadas en las regiones más alejadas del ecuador.
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La frecuencia de estas tormentas está directamente vinculada a los ciclos solares, que tienen una duración promedio de aproximadamente 11 años. Estos ciclos, conocidos como "ciclo solar", están determinados por el número de manchas solares visibles en la superficie del sol, lo cual es un indicativo clave de la actividad solar en cualquier periodo dado.
Según el Servicio de Clima Espacial, las tormentas geomagnéticas tienen el potencial de generar perturbaciones globales en el campo magnético terrestre, impactando satélites, sistemas de telecomunicaciones, GPS, navegación aérea y redes de energía eléctrica.
Además de estos efectos disruptivos, las tormentas geomagnéticas ofrecen un espectáculo visual único: las luces polares, un fenómeno natural bioluminiscente visible en los cielos nocturnos. También conocidas como auroras polares, estas se manifiestan predominantemente cerca de los polos de la Tierra: la Aurora Austral en el hemisferio sur y la Aurora Boreal en el hemisferio norte.
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