Hacer foco en una alimentación balanceada es una de las primeras y más importantes medidas que podemos tomar para proteger nuestra salud. Aunque todos conocemos algunas pautas básicas para comer mejor, lo cierto es que muchas veces no contamos con las herramientas necesarias para aprender a organizar una dieta sana, variada y equilibrada, advierte la Clínica Barcelona (España).
Saber elegir qué productos consumimos permite mejorar el funcionamiento de nuestro organismo en general y de órganos, como el corazón, hígado, cerebro y riñones, en particular. La Organización Mundial de la Salud aconseja el consumo diario mínimo de unos 400 gramos de frutas y verduras, algo que muy pocas personas logran.
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En torno a los datos revelados, una verdura se destaca por sobre el resto ya que, gracias a sus nutrientes, colabora en el tratamiento del hígado graso no alcohólico y de otras afecciones hepáticas. Lo primero será saber de qué se trata este problema de salud y luego la forma en que esta verdura puede ayudar.
El hígado graso no alcohólico es un problema hepático que afecta a personas que beben poco o nada de alcohol, pero tienen mucha acumulación de grasa en este órgano, precisa el Instituto Mayo Clinic. Además puntualiza que se observa con mayor frecuencia en personas con sobrepeso u obesidad.
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Por lo señalado, la alimentación cumple un rol fundamental en la salud del hígado y es por eso que, como señalamos anteriormente, una verdura toma protagonismo: el alcaucil. Conocida también como alcachofa, esta verdura ayuda a desintoxicar la sangre y el hígado, eliminar la grasa, disminuir el colesterol, combatir el estreñimiento, celulitis, diabetes, inflamación de las articulaciones e infecciones urinarias, según un informe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.
La alcachofa aporta fibra, antioxidantes, vitaminas A, B y C, potasio y magnesio. Estos componentes convierten a esta verdura en saludable, sobre todo al promover la producción de bilis, algo que ayuda en el tratamiento del hígado graso no alcohólico y otras afecciones hepáticas, de acuerdo a datos difundidos por la Revista de Gastroenterología Clínica.
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