Las almendras son uno de los frutos secos más populares, valoradas por sus múltiples beneficios nutricionales, sabor y versatilidad en la cocina. Diversos estudios han destacado su impacto positivo en la dieta diaria, resaltando su aporte en proteínas, grasas saludables y minerales esenciales. Sin embargo, a pesar de sus ventajas, no todas las personas deberían consumir almendras debido a ciertas contraindicaciones relacionadas con condiciones de salud específicas.
El consumo regular de almendras aporta una excelente fuente de proteínas vegetales de alta calidad. Según la Fundación Española de Nutrición, cada 100 gramos de este fruto seco proporciona 20 gramos de proteínas, convirtiéndolas en una opción óptima para quienes siguen dietas vegetarianas o veganas. Además, son ricas en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, beneficiosas para la salud del corazón, ya que ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL en la sangre, preveniendo enfermedades cardiovasculares.
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Las almendras también son ricas en minerales esenciales como calcio, magnesio, zinc, fósforo e hierro, que desempeñan funciones vitales en el cuerpo. Un estudio de la Universidad de Pensilvania publicado en el Journal of the American College of Nutrition sugiere que el consumo regular de almendras puede mejorar la salud ósea al incrementar los niveles de calcio en la sangre. Además, su alto contenido en vitamina E, un antioxidante potente, fortalece el sistema inmunológico y protege a las células del daño causado por los radicales libres.
A pesar de sus múltiples beneficios, existen algunas personas que deberían evitar el consumo de almendras debido a ciertos riesgos asociados.
Las almendras son uno de los frutos secos más comunes asociados con alergias alimentarias. Las reacciones a su ingesta pueden variar desde síntomas leves, como picazón y urticaria, hasta situaciones más graves que pueden incluir dificultad para respirar e incluso anafilaxia. Por lo tanto, las personas con alergias a frutos secos deben evitar las almendras y cualquier producto que las contenga.
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Las almendras son ricas en fibra, lo cual es generalmente beneficioso para la salud digestiva. Sin embargo, consumirlas en exceso puede causar malestares gastrointestinales como hinchazón, gases y diarrea. Aquellas personas con condiciones digestivas como el síndrome del intestino irritable (SII) pueden experimentar un empeoramiento de sus síntomas con el consumo excesivo de almendras.
A pesar de sus grasas saludables, las almendras son una fuente concentrada de calorías. Una porción de 100 gramos contiene aproximadamente 576 calorías. Para las personas que intentan controlar su peso o están en un régimen de pérdida de peso, es importante moderar su consumo para evitar un exceso calórico que podría sabotear sus objetivos.
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