"Soy mamá y soy una mujer lesbiana", afirma Saskia Niño de Rivera, feminista y activista, fundadora de la organización Reinserta, quien asegura que "conocer el amor es lo mejor que me ha pasado. Conocer la autenticidad de poder involucrarte con una persona y vincularte en todos los aspectos, sin miedo".
"¿Podemos ser discriminadas en este momento?", al caminar en la calle, de la mano de su esposa, se detiene a analizar si las podrían agredir. "Vivimos en un país que sigue siendo conservador. Todavía hay padres que prefieren desconocer a sus hijos, que tener un hijo LGBT. Hay una pésima aplicación de la religión dentro de la cultura".
“Salir del clóset no debería existir”
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“Salir del closet siempre, y desafortunadamente, es una tarea difícil”, señala Niño de Rivera, quien considera importante visibilizar que las personas heterosexuales no tienen que dar explicación a nadie cuando inician una relación.
Expone que nadie elige la sexualidad: “De quién te enamoras, con quién decides compartir la intimidad, no es algo que escoges”.
“Cuando perteneces a la comunidad LGBT, es pasar por un proceso de un dolor profundo de la expectativa de lo que va a reaccionar el mundo y eso siempre trae miedos que tenemos que afrontar. Salir del closet no debería existir porque no deberíamos tener que pasar por un proceso complicado”.
“Lo más elemental es reconocer a la comunidad LGBT dentro de las prisiones”
Durante su carrera profesional, Saskia ha vivido discriminación pues su "orientación sexual ha impedido que logre crecimientos".
Mediante su labor, Saskia ha conocido el corazón del sistema penitenciario en México, por lo que es testigo de la discriminación y las carencias que enfrenta la comunidad LGBT+ privada de la libertad.
“Hace falta mucho por hacer, desde el entendimiento de cuáles son las necesidades que tienen, por ejemplo, una mujer trans que ya está en un proceso hormonal y que esto no se vea violentado por su condición jurídica”.
Además, destaca que es elemental capacitar al personal administrativo, de guardia y custodia para garantizar que las personas de la comunidad LGBT no sean discriminadas.
“La mayoría de las personas de la comunidad que terminan en la cárcel fue por actos de discriminación”.
Puntualiza que las historias de mujeres trans, dentro de las prisiones en México, tiene que ver con la violencia que enfrentaron desde la infancia. “El abandono que vivieron en sus hogares y la sociedad que las terminó dejando en la calle, las obligó a prostituirse y consumir drogas, que las involucró en un acto o en una situación jurídica penal por la cual terminaron en la cárcel”.
Saskia concluye que “la lección más grande que tenemos con la comunidad LGBT+ dentro de prisión es que estas no sean sus historias, que sus historias sean diversas y las oportunidades que tengan antes de llegar a prisión sean muchas más. Que llegar a prisión no sea la única oportunidad”.
Con información de Marisol Jaimes
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