Robert Oppenheimer fue un brillante científico estadounidense al que se le atribuye la creación de la bomba atómica; sin embargo, el gobierno de su país pudo haberlo presionado para crear un arma capaz de matar a más de 120 mil personas en Japón.
Este jueves se estrena la película que habla de su vida, probablemente tenga un panorama más amplio que revele el por qué de la decisión de Oppenheimer para crear y apoyar la detonación de la bomba atómica.
Aunque fue profesor de la Universidad de California, en 1942 fue reclutado por un general para que formara parte del Proyecto Manhattan, el cual tenía como objetivo principal crear un arma letal como lo fue la bomba atómica.
En ese proyecto, Oppenheimer lideraba a científicos, ingenieros, militares quienes trabajaban en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, de acuerdo con un artículo publicado en The Conversation.
Las brillantes mentes lograron el cometido del proyecto Manhattan y los días 6 y 9 de agosto de 1945, el mundo sería testigo del peor escenario para Japón. Las bombas atómicas llamadas Little Boy y Fat Man estallaron en Hiroshima y Nagasaki dejando a su paso miles de muertes y un panorama tan desalentador como arrasador.
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En el artículo también se menciona que Oppenheimer pudo haber sido presionado por los creadores del proyecto Manhattan del que él fue líder. Pero esto es algo que no se puede comprobar.
Sin embargo, el brillante físico trató de enmendar su “error” de haber participado en algo tan atroz. En una entrevista mencionó que sus decisiones se sentían como las de un Dios Hindú que dijo: “Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”.
“Sabíamos que el mundo no iba a ser el mismo, algunos se rieron y otros lloraron, pero la mayoría se quedaron callados. Recuerdo la escritura Hindú del Bhagavad-gita, Vishnu (Dios Hindú) está tratando de persuadir al príncipe para que cumpla con su deber y para impresionarlo toma su forma de múltiples brazos y dice: ´Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos´, supongo que todos pensamos eso de alguna manera”, dijo Oppenheimer en la entrevista.
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Un año después de la detonación de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, se convirtió en el presidente de la Comisión de Energía Atómica (AEC), que fue una agencia para controlar las investigaciones sobre armas atómicas; pues pretendía que no se repitiera algo como lo sucedido en Japón.
Pero esto le hizo perder “amistades” de alto rango, ya que ahora los políticos no lo veían como un aliado sino como un conspirador, incluso fue investigado por el FBI. Ya sin influencias políticas, regresó a las aulas como docente e investigador de física.
Aunque Oppenheimer dedicó gran parte de su vida a intentar detener la creación de armas exponencialmente letales, no fue reconocido hasta 1963 por el expresidente estadounidense John F. Kennedy. El físico murió en 1967 en Nueva Jersey.
Con información de José Pablo Salas Ilarraza de The Conversation.
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