Los baños de hielo, una práctica que ha ganado popularidad entre atletas y aficionados al bienestar, prometen múltiples beneficios, desde mejorar la recuperación muscular hasta fortalecer el sistema inmunológico.
Pero, ¿qué tan efectivos son realmente? El deportista holandés holandés Wim Hof, apodado "El Hombre de Hielo" ha comenzado a arrojar luz sobre los efectos de esta práctica, conocida también como crioterapia.
La crioterapia, derivada del griego krýos (frío helado), incluye métodos como la aplicación de hielo, duchas frías, inmersión en agua fría y la crioterapia de cuerpo entero. Aunque se promociona por sus beneficios, los estudios científicos ofrecen resultados mixtos. Un estudio del método Wim Hof, que combina agua fría, respiración y meditación, no mostró mejoras significativas en la salud. En cuanto a la recuperación deportiva, la crioterapia puede aliviar el dolor y la hinchazón, pero su uso prolongado podría retrasar la recuperación, según el Dr. Andrew Jagim.
Leer más: Las 10 recomendaciones para superar el miedo de hablar en público, según Harvard
Algunos estudios sugieren que las duchas frías podrían fortalecer el sistema inmunológico, como uno que mostró una reducción del 29% en ausencias por enfermedad entre trabajadores que se exponían al agua fría al final de sus duchas. Sin embargo, la falta de seguimiento de marcadores inmunológicos dificulta interpretar estos resultados, por lo que se necesita más investigación. En cuanto a la salud mental, los baños de hielo podrían mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad, aunque los estudios actuales son pequeños y requieren más investigación para confirmar estos efectos.
A pesar de los beneficios, los baños de hielo también conllevan ciertos riesgos si no se realizan adecuadamente. Entre los peligros potenciales se encuentran:
Leer más: Descubre las 4 claves para mantenerse concentrado por más tiempo, según Harvard
Los baños de hielo pueden ofrecer varios beneficios para la recuperación muscular, el sistema inmunológico y la salud mental. Sin embargo, es esencial practicarlos de manera responsable, teniendo en cuenta los riesgos asociados. Si bien esta práctica se ha convertido en un ritual para muchos atletas y entusiastas del bienestar, no es adecuada para todos, especialmente para aquellos con afecciones de salud preexistentes. Como con cualquier terapia, es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de incorporar los baños de hielo a tu rutina.