La menta, una hierba ampliamente utilizada en la cocina y la medicina natural, puede ser un alimento seguro para los perros si se ofrece en su forma natural, con moderación y prestando atención al tipo de menta. Sin embargo, Laura García Ortiz, Veterinaria especializada en medicina felina, asegura que también puede ser tóxica si se administra de forma incorrecta o en productos procesados, como dulces o chicles que contengan edulcorantes como el xilitol.
La mayoría de las especies de menta son seguras para los perros, pero hay una excepción: el poleo inglés, una variedad tóxica que puede causar serios problemas de salud. Por ello, es importante asegurarse de que la menta que se les ofrezca sea apta y esté bien identificada. Además, la cantidad es clave:
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En cantidades adecuadas, la menta puede aportar beneficios a los perros gracias a su contenido de vitamina A, vitamina C, omega-3 y minerales como calcio, magnesio y hierro. Entre sus propiedades destacan:
Sin embargo, estos beneficios son limitados y la menta no debe considerarse un elemento esencial en su dieta. La menta debe introducirse de forma gradual, en pequeñas cantidades, preferiblemente triturada o mezclada con alimentos como yogur natural. También se puede preparar en forma de helados caseros congelados, ideales para días calurosos.
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El consumo excesivo de menta puede causar problemas gastrointestinales como vómitos, diarrea y dolor abdominal. Además, en casos más graves, podría provocar convulsiones o pérdida de apetito. Por eso, es fundamental evitar que los perros tengan acceso libre a hojas de menta o productos derivados que no sean específicamente seguros para ellos. Ante cualquier duda, siempre es recomendable consultar al veterinario.