El jugo de arándano es una excelente alternativa si se desea cuidar los riñones. Este pequeño fruto aporta fibra, vitamina C, K y antioxidantes, aunque destaca por sus niveles bajos de sodio y fósforo.
De acuerdo con la revista de salud Elsevier, los arándanos son utilizados para el tratamiento de infecciones urinarias gracias a su contenido de fructuosa y las proantocianidinas, sustancias que impiden la adhesión de bacterias.
A largo plazo, las infecciones urinarias deterioran la salud de los riñones. Es por ello que especialistas recomiendan tener una dieta equilibrada en la que se incluya la ingesta de arándanos.
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¿Cómo tomar el arándano para los riñones?
El mejor líquido para conservar la salud de los riñones es el agua. Sin embargo, no a todas las personas les gusta y buscan otras alternativas, una de ellas es el jugo de arándano.
Además de disminuir el riesgo de infecciones urinarias, el jugo de arándano elimina las toxinas del cuerpo, facilita la expulsión de orina y depura las bacterias que se alojan en el sistema urinario.
Es importante recordar que cuando los riñones pierden su capacidad para filtrar, se acumulan desechos dañinos en el cuerpo. Y este problema puede derivar en patologías más graves, como diálisis o cálculos renales.
Otros de los beneficios del jugo de arándano son: mejora el flujo de oxígeno, contribuye a la circulación de la sangre, evita enfermedades dentales, refuerza el sistema inmunitario y conserva la salud del corazón.
Así, la mejor manera de cuidar a los riñones es mediante la ingesta de jugo de arándano fresco, sin azúcar añadida ni otros componentes que puedan perjudicar al organismo en lugar de favorecerlo.
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¿Cuál es la mejor hora para tomar jugo de arándanos?
La mejor hora para tomar jugo de arándano es antes del desayuno, así se puede garantizar la absorción de sus nutrientes en el cuerpo. De igual manera, ayudará a disminuir los síntomas de las infecciones urinarias, como el dolor al orinar.
Preparar el jugo de arándano es sumamente sencillo: Coloca 2 tazas de arándanos con 1 taza de agua fría y el jugo de un limón, en seguida mezcla los ingredientes hasta obtener la consistencia deseada.
Hay quienes suelen colar el jugo para retirar los residuos de la cáscara del arándano, aunque también se puede ingerir con la pulpa entera.
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