El Alzheimer, una de las enfermedades neurodegenerativas más peligrosas de las últimas décadas, no solo afecta a quienes la padecen, sino también a sus familias y cuidadores. Los síntomas comunes incluyen agresividad, dificultades para hablar y pérdida del sentido del espacio, lo que representa un desafío tanto para el paciente como para su entorno.
Sin embargo, recientes investigaciones han revelado que el aprendizaje continuo y los ejercicios mentales, como los crucigramas, pueden ayudar a mantener la salud cognitiva y retrasar la aparición del Alzheimer. En este sentido, un estudio realizado en Canadá por científicos de la Universidad Concordia ha demostrado que el bilingüismo puede ofrecer un beneficio significativo en la lucha contra esta enfermedad.
Leer más: Harvard advierte sobre el “doomscrolling” y cómo afecta a las personas de distintas edades
La investigación, publicada en la revista Bilingüismo: Lenguaje y Cognición, reveló que las personas que hablan dos idiomas tienen una mayor capacidad de retrasar los efectos del Alzheimer en comparación con aquellas que solo hablan un idioma. El estudio analizó imágenes cerebrales y descubrió que el hipocampo, la región clave para el aprendizaje y la memoria, era más grande en bilingües con Alzheimer que en monolingües. Este hallazgo es crucial, ya que el hipocampo es una de las zonas más afectadas por el Alzheimer.
Por su parte, Kristina Coulter, autora principal del estudio, explicó que el volumen cerebral en los bilingües con Alzheimer no mostró signos de atrofia significativa, a diferencia de los monolingües. Esto sugiere que el uso regular de dos idiomas fortalece el cerebro y podría retrasar la aparición de la enfermedad hasta en cinco años.
Leer más: Estos son los hábitos más efectivos para mejorar la memoria, según Harvard
En este contexto, los especialistas coinciden en que mantener el cerebro activo y ejercitado es esencial para retrasar el deterioro cognitivo. Hablar dos idiomas, sumado a una dieta equilibrada y ejercicio físico regular, puede ser clave para frenar el avance del Alzheimer. Aunque no existe una cura definitiva para esta enfermedad, este descubrimiento resalta la importancia de las actividades que estimulan la mente para proteger la salud cognitiva a largo plazo.