¿Has escuchado hablar de la araña violinista? Seguramente sí, porque el exceso de la información sobre que si es una especie invasora en la Ciudad de México o que la mordedura es letal, en todos los casos nos aleja de comprender la realidad sobre estos interesantes arácnidos.
Si bien el miedo a las arañas puede ser una reacción natural, los mitos y prejuicios sobre estos animales son aprendidos. Por ello, a través de la experiencia y trabajo de divulgación científica que realiza el aracnólogo Diego Barrales Alcalá (@arachno_cosas) resumimos lo que no debes hacer si te encuentras una araña violinista y lo que definitivamente no es recomendable en caso de una mordedura.
Se ha publicado mucha información respecto a las arañas violinistas (género Loxosceles), pero como la ciencia y la medicina se actualizan constantemente, hay afirmaciones que aunque sean emitidas por autoridades oficiales o expertos en el tema, podrían no coincidir con los avances científicos más recientes.
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Por ejemplo, es común encontrar guías que sugieren el uso de insecticidas al encontrar estas arañas en casa. Diego Barrales señala que, opuesto a lo que se cree, “fumigar puede hacerle más daño a las mascotas y a las personas, las arañas no se irán, fumigarán otra vez y se hará un círculo vicioso”.
En 2018, tras una revisión de múltiples ejemplares, el biólogo Alejandro Valdéz Mondragón y su equipo de investigación declararon el descubrimiento de la especie “Loxosceles tenochtitlan”, endémica al Valle de Mexico, incluyendo entidades como Tlaxcala, Estado de México, Ciudad de México y, recientemente, Hidalgo.
Es erróneo pensar que convivimos con arañas violinistas a raíz del traslado o intrusión de especies nativas de otros estados como Morelos (L. misteca), ya que de acuerdo a la investigación de Valdéz Mondragón, la araña violinista del Valle de México siempre ha estado en esta zona.
Lo que sí ha sucedido, de acuerdo con Barrales Alcalá, es que las personas de la capital han puesto mayor atención a esa interacción entre humanos y arañas violinistas, desarrollando una serie de creencias y mitos que investigadores han tratado de desmentir a través de la divulgación.
Otro dato relevante sobre esta especie, perteneciente al Valle de México, es que la mayoría de los ejemplares han sido localizados en casas y habitaciones. Este hecho permite deducir que las arañas, famosas por ser tímidas y huidizas, buscan espacios de condiciones estables como el interior de las casas, pero en particular, rincones donde hay poco movimiento o actividad, tirando abajo la creencia sobre la temporada de arañas violinistas, ya que en realidad están activas todo el año.
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Con estos datos, se concluye que medidas preventivas como sacudir camas, ropa y calzado antes de usarlos son más que vigentes. Así mismo, es importante revisar tras superficies planas y de poco movimiento como cuadros, cabeceras y espejos, o bien, en lugares como grietas y huecos en los que pudieran esconderse estas arañas.
Una vez localizadas, la recomendación es usar la técnica del vaso para capturarlas y reubicarlas en algún espacio abierto y alejado.
Rociar cualquier fórmula casera o industrial que suponga la disminución de bichos, insectos y organismos en general deben dejar de ser nuestra primera reacción. Es preferible revisar nuestros espacios en búsqueda de más arañas de este tipo y reubicarlas con el método del vaso.
Por otro lado, tampoco es recomendable interactuar con ellas de manera que el contacto pueda representarles una amenaza, es decir, no molestarlas o lastimarlas. En la mayoría de los casos la presencia humana puede ser irrelevante e incluso inexistente para las arañas, cuyas prioridades son protegerse de sus depredadores (generalmente otros arácnidos), buscar alimento y aparearse.
Diego Barrales comparte para EL UNIVERSAL que las probabilidades de mordedura pueden dimensionarse mejor si tomamos en cuenta los datos presentados por Jorge Loría Castellanos y María del Carmen Socorro Sánchez Villegas en su libro “Una mirada a la toxinología de México” (2021).
En 20 años de experiencia clínica (1997-2017) en un Centro Toxicológico de la Ciudad de México en el Sector Salud (...) se han atendido 233 casos de Loxoscelismo de los cuales 43 casos corresponden a pacientes pediátricos y 190 pacientes adultos.
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Estos números arrojan una media de 12 casos de mordedura por año en la Ciudad de México y Zona Metropolitana, donde la densidad poblacional es de 6,163 habitantes por km². Con estos datos en mente, se puede concluir que la interacción pacífica y de riesgo bajo entre humanos y arañas violinistas es posible.
Así que en caso de encontrar arañas violinistas en tu hogar o centro laboral, es pertinente avisar a las personas con quienes compartes este espacio y tener a la mano argumentos vigentes que permitan a las arañas desempeñar su papel en el entorno, sin que eso represente un riesgo potencial para quienes ocupan el lugar.
Conservar la calma siempre será el primer punto para este tipo de emergencias. Procura avisar a alguien que pueda acompañarte a partir del momento del accidente para facilitar los siguientes pasos.
De acuerdo con RedTox , Red de especialistas e investigadores a la que el MC Diego Barrales pertenece y refiere en sus recomendaciones, es de vital importancia no implementar remedios caseros como la succión del veneno sobre la herida o la aplicación de hielo. Tampoco es recomendable el uso de compresas que ralenticen el flujo sanguíneo, ni automedicarse.
Es importante que la persona afectada no pierda el conocimiento o se quede dormida. Si no es posible acudir a un centro médico por cuenta propia se debe solicitar una ambulancia llamando al 911.
No acudas a cualquier centro de salud. Procura localizar con anticipación el centro de salud más cercano a ti que sí cuente con los faboterápicos y/o antivenenos correspondientes a la mordedura de araña violinista. Aquí te dejamos el sitio donde puedes revisar qué hospitales tienen el antídoto.
Presentarse en cualquier centro de salud sin tener certeza sobre si tienen o no el antiveneno adecuado puede representar una pérdida de tiempo valioso.
Una vez en manos de profesionales de la salud, el primer paso del tratamiento es determinar si se trata de un loxoscelismo dermonecrótico, localizado únicamente en planos de la piel y presente en el 90% de los casos; o bien, loxoscelismo sistémico, que puede alcanzar el torrente sanguíneo y se refleja en el 10% de los pacientes. Esos datos los presenta el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades en 2016.
El tratamiento que se aplica es el faboterápico o antiveneno “Reclusmyn”, desarrollado por la farmacéutica mexicana “Laboratorios Silanes”, el cual cuenta con altos índices de eficacia dentro de las primeras 160 horas.
Finalmente, si hay algo que definitivamente no debes hacer es apostar a que exista algún método o tipo de control que garantice que nunca más aparezca una araña violinista en tu entorno. Lo que sí debes hacer se resume en tres pasos de simple ejecución: revisar tu espacio, localizar arañas y reubicarlas.
Es posible, pero sobre todo urgente, actuar en beneficio de las personas y las arañas con base en información científicamente sustentada, cuyas propuestas siempre consideran acciones que caben en nuestras decisiones cotidianas.
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