Para quienes tienen un perro, el amor hacia ellos va más allá de la simple compañía. Estos animales son considerados parte de la familia, y su bienestar se convierte en una prioridad absoluta. Sin embargo, esa conexión profunda también viene acompañada de un gran sentimiento de responsabilidad, que se traduce en preocupación cuando algo afecta su salud o felicidad.
Los perros son expertos en ganarse el corazón de sus dueños. Con sus miradas sinceras, movimientos de cola y fidelidad inquebrantable, son capaces de llenar de alegría el día más complicado. Este vínculo se forja desde los pequeños gestos: un paseo diario, una caricia al regresar a casa o simplemente el acto de compartir el mismo espacio.
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Por eso, el descubrir un bulto o chichón en la cabeza de tu perro puede ser una experiencia inquietante, especialmente si no sabes cómo ocurrió. Los bultos en la cabeza de los perros pueden deberse a varias razones, desde lesiones menores hasta problemas de salud más serios. A continuación, María Besteiros, Auxiliar técnico veterinario y peluquera canina y felina, explicará algunas causas comunes:
Al igual que los humanos, los perros pueden golpearse la cabeza mientras corren, juegan o exploran. Estos golpes suelen causar hinchazón temporal que desaparece por sí sola. Sin embargo, si notas descoordinación, letargo, sangrado o cambios en su comportamiento, acude al veterinario de inmediato.
Una herida infectada en la piel puede dar lugar a la acumulación de pus, lo que forma un bulto visible. Los abscesos suelen ser sensibles al tacto y pueden necesitar tratamiento veterinario.
Los quistes de grasa son bultos benignos que suelen moverse al tacto. Aunque no son peligrosos, pueden causar molestias si crecen demasiado o se erosionan. Consulta al veterinario para confirmar que se trata de un quiste sebáceo. En algunos casos, pueden tratarse con calor o ser removidos si generan problemas.
Pequeños bultos agrupados pueden ser síntoma de dermatitis, foliculitis o alergias. Estas afecciones suelen causar picazón e incomodidad. Evita medicar a tu perro por cuenta propia.
Mosquitos, abejas u otros insectos pueden causar una reacción alérgica que se manifiesta como un chichón. Estas picaduras suelen ser dolorosas o provocar picazón, pero generalmente no son peligrosas a menos que haya una reacción alérgica severa. Lava la zona con agua y jabón y aplica frío. Si notas dificultad para respirar, hinchazón severa o sabes que tu perro es alérgico, busca ayuda veterinaria urgente.
Los tumores, benignos o malignos, son más comunes en perros mayores. Pueden variar en forma, consistencia y crecimiento. Ante cualquier bulto de origen desconocido, consulta al veterinario. Este podrá realizar una citología o biopsia para determinar la naturaleza del tumor y definir el tratamiento más adecuado.
Siempre que detectes un chichón en la cabeza de tu perro, aunque parezca menor, es recomendable que un veterinario lo examine. Esto asegura un diagnóstico correcto y permite descartar problemas más graves.
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Recuerda que el bienestar de tu mascota comienza con la observación atenta y la atención oportuna. Un pequeño bulto puede ser inofensivo, pero tu perro siempre agradecerá los cuidados y el amor que le brindas.
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