Este 29 de mayo, las Fuerzas de Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), popularmente conocidas como los Cascos Azules, cumplen 75 años de su fundación.
Dicho cuerpo de seguridad trabaja en conjunto con la policía de la ONU y sus colaboradores civiles para proteger a la población ante posibles amenazas y así facilitar el surgimiento de un entorno seguro.
Actualmente, los Cascos Azules se integran por cerca de 90 mil militares procedentes de ejércitos nacionales de todo el mundo. Y su labor es de suma importancia para la humanidad.
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En 1948, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el despliegue de vigilantes militares en el Oriente Medio, ello para garantizar el cumplimiento del armisticio entre Israel y los árabes. Así, surgió el cuerpo de los Cascos Azules.
Desde hace 75 años se originó y actualmente se encuentran desplegados en entornos lejanos y peligrosos, en los cuales destaca su labor por enfrentarse a desafíos para proteger a civiles bajo una amenaza, esto de acuerdo con información de la ONU.
Las principales tareas del grupo son: proteger a civiles y al personal de las Naciones Unidas; vigilar una frontera en litigio; observar los procesos de paz después de un conflicto; ofrecer seguridad en una zona en conflicto o en procesos electorales.
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Para ser un miembro de los Cascos Azules se requiere de soldados de infantería. Sin embargo, en los últimos años la ONU ha reclutado personal especializado al que se le denomina como “elementos facilitadores o de apoyo”.
Dicho gremio consta de soldados cualificados como ingenieros, operadores de helicópteros y sus tripulaciones, empresas de transporte, comunicadores y personal médico.
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