La piel, al igual que cualquier otro órgano del cuerpo, tiende a enfermarse cuando no se le da el cuidado adecuado. Una de las afecciones más frecuentes es la psoriasis, cuyo registro de casos va en aumento.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS) de Estados Unidos, la psoriasis es una enfermedad crónica en la que el sistema inmunológico trabaja demasiado, provocando lesiones en la piel.
La psoriasis varía entre las diferentes poblaciones del mundo, ya que afecta principalmente a grupos de entre 50 y 60 años, aunque todas las personas son susceptibles a padecerla.
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La psoriasis daña principalmente al cuero cabelludo, los codos y las rodillas. Dichas zonas se vuelven escamosas e inflamadas por tiempos prolongados y empeoran con la exposición solar.
El NIAMS detalla que los síntomas de la psoriasis son cíclicos, con brotes que duran varios meses, seguidos de momentos en los que hay mejoría.
Sin embargo, los pacientes corren el riesgo de desarrollar otras afecciones como artritis psoriásica, ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares y problemas de salud mental, entre ellos, baja autoestima, ansiedad y depresión.
Algunos de los síntomas más frecuentes de la psoriasis son:
A menudo la psoriasis suele confundirse con la dermatitis, la diferencia es que la segunda patología causa pequeñas burbujas que contienen líquido y producen picor.
De momento, los médicos desconocen la causa que activa el sistema inmunológico y produce la psoriasis. No obstante, se sabe que influyen los genes y factores ambientales, o antecedentes familiares, en su aparición.
Los factores que incrementan la posibilidad de desarrollar psoriasis pueden ser:
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Los tratamientos para la psoriasis incluyen desde ungüentos tópicos, fototerapia y procedimientos sistémicos según la gravedad y extensión de los síntomas, así como una combinación de fármacos.
La psoriasis afecta la calidad de vida de los pacientes, ya que les impide realizar sus actividades con normalidad. Las lesiones en la piel generan molestias con el roce de la ropa o al exponer las áreas afectadas al sol y sobre otras superficies.
Ya sea en su categoría eritrodérmica, pustulosa, palmoplantar o guttata, se requiere de un diagnóstico médico para recibir el tratamiento adecuado y mejorar la salud de la piel contra la psoriasis.
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foh