La es una condición médica caracterizada por una coloración amarillenta en la piel, las mucosas y, de manera notable, en los ojos. Este cambio de color se debe a la acumulación de bilirrubina, una sustancia amarillenta que se produce durante el proceso normal de descomposición de los glóbulos rojos. El hígado es el encargado de procesar y eliminar la bilirrubina del cuerpo, pero cuando algo falla en este proceso, los niveles de bilirrubina aumentan y se manifiestan a través del color amarillo en el cuerpo y, particularmente, en los ojos.

La presencia de puede ser una señal de alarma para varios problemas de salud subyacentes, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Entre las causas más comunes de ictericia se encuentran el daño hepático, como la hepatitis, o el mal funcionamiento de la vesícula biliar y el páncreas. Estas afecciones impiden que la bilirrubina se movilice correctamente desde el hígado hacia el tubo digestivo, lo que provoca su acumulación en la sangre. En algunos casos, la ictericia también puede estar relacionada con infecciones virales, trastornos sanguíneos o incluso el uso de ciertos medicamentos.

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Recordemos que la ictericia no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de un problema subyacente que afecta principalmente al hígado. Las personas que desarrollan ictericia pueden experimentar, además del color amarillo en los ojos, otros síntomas como orina oscura, fatiga, picazón en la piel y malestar general. En casos graves, la ictericia puede ser señal de enfermedades serias como cáncer de hígado, del páncreas o de los conductos biliares.

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El tratamiento de la ictericia depende de su causa subyacente. En situaciones leves, el reposo, la buena hidratación y una dieta saludable pueden ayudar a que el hígado se recupere y, con ello, los niveles de bilirrubina vuelvan a la normalidad. Sin embargo, en casos más severos, pueden ser necesarias intervenciones médicas más invasivas, como cirugías, especialmente si la ictericia es provocada por obstrucciones en los conductos biliares o tumores.

Cualquier persona que note un color amarillento en sus ojos o piel debe buscar atención médica de inmediato para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado. La detección temprana y el tratamiento oportuno pueden evitar complicaciones graves y mejorar la recuperación.

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