Las infecciones vaginales son una preocupación común para muchas mujeres, y aunque varios factores pueden influir en su aparición, los alimentos juegan un papel crucial en la prevención. Según expertos, una dieta adecuada no solo beneficia la salud intestinal, sino también la salud vaginal, ayudando a mantener el equilibrio del microbioma vaginal.
El microbioma vaginal es una comunidad de microorganismos que habitan en la vagina y que, cuando está en equilibrio, protege contra infecciones vaginales. Sin embargo, factores como los medicamentos, la edad, y las prácticas sexuales pueden alterar este equilibrio, provocando afecciones como la vaginosis bacteriana. Según Jacques Ravel, experto en microbiología e inmunología, existe un vínculo directo entre la dieta y la salud vaginal, similar al conocido eje intestino-cerebro.
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Investigaciones recientes han identificado que ciertos nutrientes son clave para mantener la salud del microbioma vaginal. Por ejemplo, un estudio citado en Biocodex Microbiota Institute encontró que bajos niveles de betaína, un compuesto presente en alimentos como la remolacha, los mariscos y las espinacas, pueden aumentar el riesgo de desarrollar vaginosis bacteriana. Además, la fibra es esencial, ya que promueve una diversidad microbiana saludable en el tracto gastrointestinal, lo que podría estar relacionado con una menor disbiosis vaginal.
Para prevenir infecciones vaginales, es importante cuidar la microbiota vaginal a través de una dieta rica en nutrientes esenciales. Según la ginecóloga Anna Asturgó, especialista en salud femenina, una buena hidratación es fundamental. Se recomienda beber alrededor de dos litros de agua al día para mantener la lubricación y la calidad del moco vaginal, lo cual es crucial para la prevención de infecciones.
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Las semillas de chía, por ejemplo, son ricas en ácidos grasos y fibra, y se consideran beneficiosas contra las infecciones por cándidas. La soja es otro alimento recomendado, ya que ayuda a equilibrar el pH vaginal, mientras que el ajo posee propiedades antibacterianas que también pueden ser útiles. Incorporar quinoa y frutos secos en la dieta puede aportar minerales y vitaminas esenciales que favorecen la hidratación y la salud hormonal, factores clave en la prevención de infecciones.
Además, las hierbas aromáticas, las verduras de hoja verde y los arándanos rojos contribuyen a mantener el pH vaginal en un nivel saludable. Iniciar el día con un vaso de zumo de limón o pomelo es otra práctica recomendada, ya que ayuda a alcalinizar el cuerpo y a mantener un pH vaginal equilibrado.
Los probióticos desempeñan un papel crucial en la salud del microbioma vaginal. Alimentos como el yogur natural, el kéfir y el té kombucha están llenos de probióticos que favorecen una microbiota vaginal saludable. Estos alimentos no solo ayudan a mantener el equilibrio del microbioma vaginal, sino que también fortalecen el sistema inmunológico, proporcionando una defensa adicional contra las infecciones.