La otitis, una inflamación del canal auditivo, es una afección común en los perros que, aunque generalmente no se considera grave, puede tener consecuencias letales si no se trata adecuadamente. Esta enfermedad afecta a perros de todas las razas y edades, siendo más común en aquellos con orejas largas o peludas. Si bien la otitis en sí no suele ser mortal, las complicaciones que derivan de una infección severa o no tratada sí pueden poner en peligro la vida del animal.
La otitis en perros puede tener varias causas, incluyendo infecciones bacterianas, fúngicas, parásitos, alergias, cuerpos extraños en el oído o incluso enfermedades autoinmunes. Los síntomas más comunes según Marta Sarasúa, ATV y etóloga especializada en modificación de conducta, incluyen sacudidas frecuentes de la cabeza, rascado excesivo, mal olor en los oídos, inflamación y enrojecimiento. Si se observan estos signos, es crucial acudir al veterinario, ya que un tratamiento temprano puede prevenir complicaciones.
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¿Qué tan grave puede ser la otitis en los perros?
La gravedad de la otitis depende del diagnóstico y la rapidez con la que se inicie el tratamiento. Existen diferentes niveles de gravedad:
- Otitis leve: Afecta principalmente al oído externo, con enrojecimiento y rascado persistente. Suele estar provocada por alergias, acumulación de cerumen o cuerpos extraños.
- Otitis moderada: Los síntomas empeoran y puede aparecer inflamación y mal olor en las orejas, indicativo de infecciones bacterianas o fúngicas.
- Otitis grave: Si no se trata a tiempo, la infección puede propagarse al oído interno, causando problemas como perforación del tímpano o incluso sordera.
¿Puede un perro morir por otitis?
Si la otitis no se trata a tiempo, la infección puede extenderse al oído medio o interno, provocando otitis media o interna, condiciones mucho más graves que pueden causar pérdida de audición permanente, daño al equilibrio e incluso infecciones sistémicas. En casos extremos, la infección puede propagarse al cerebro, resultando en meningitis o encefalitis, que pueden ser mortales.
El tratamiento generalmente depende de la causa e incluye limpieza del oído, aplicación de antibióticos, antifúngicos o antiparasitarios, y en casos graves, extracción de cuerpos extraños o cirugía. La prevención es clave: mantener los oídos del perro limpios y acudir al veterinario al primer signo de otitis evitará complicaciones serias.
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De este modo, aunque la otitis en perros no suele ser mortal por sí sola, ignorar o subestimar esta afección puede llevar a complicaciones graves que sí pueden poner en riesgo la vida del animal. La prevención y el tratamiento oportuno son claves para mantener la salud auditiva de las mascotas.
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