Texto: Raúl J. Fontecilla

Para agendar vacaciones en el trabajo, por un cumpleaños o por otras ocasiones especiales, habrá quienes notan que año con año la Semana Santa varía entre marzo y abril.

Detrás de este cambio hay razones que van desde la historia hasta la astronomía.

Todo parte con la nación que inició la Pascua: los judíos. Para ellos, esta fecha conmemora la salida de sus antepasados del antiguo reino de Egipto, tras siglos de esclavitud, liderados por Moisés, quien figura en el judaísmo como el principal profeta (o mensajero de Dios). Por miles de años, las leyes y tradiciones judías se basaron de los libros que escribió este personaje, los primeros cinco de la Biblia.

El Príncipe de Egipto (1998) es una de las películas más famosas que retrataron el personaje de Moisés. En esta escena se ve el mítico episodio en que el mar Rojo se abre para el escape del pueblo judío. Tomado de YouTube.

La tradición que empezó en tiempos de Moisés para dicha conmemoración es cenar cordero y pan sin levadura la noche del día 14 de Nisán (el primer mes del antiguo calendario judío). Aquí está el primer punto: el calendario judío no se basa en el movimiento del sol, sino en el de la luna, de ahí que incluso el año nuevo tiene otra fecha para ellos.

Milenios después esto impactaría en nuestra cultura occidental, porque el cristianismo señala que, el año de la muerte de Jesús, el 14 de Nisán y su cena cayeron en 24 de marzo, un día jueves (exacto, la conocida Última Cena). De este modo, la Crucifixión habría sido el viernes 15 y la Resurrección el domingo 17 del mes judío; 25 y 27 de marzo para el mundo romano.

Con la difusión del cristianismo, la Pascua dejó de ser una festividad religiosa sólo de judíos y adquirió un segundo significado: la celebración –en el mundo cristiano- de la resurrección de Jesús.

En los primeros siglos tras la muerte de Jesús no había consenso sobre cuándo celebrar Pascua. Unos la celebraban según el calendario judío, sin importar si los días de la semana concordaban con los de la historia de la Pasión. Para la mayoría, por otro lado, era preferible celebrar la Resurrección siempre en domingo.

Efecto visual del equinoccio de primavera en "cámara rápida", en el sitio arqueológico de Chichén Itzá. Tomado de YouTube.

Hoy Semana Santa se fija en el calendario de acuerdo con la decisión que tomó la Iglesia Católica el año 325 en el primer Concilio de Nicea (un solemne congreso de obispos, en el extremo oeste de la actual Turquía). El criterio fue tomar como estándar la propuesta que se le atribuyó a San Pedro y San Pablo: celebrar la resurrección el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de la primavera.

Es decir, más allá del calendario , el punto de referencia serían los eventos astronómicos que todos pueden observar. Sin importar las fases lunares, la Semana Santa , para el mundo occidental de hoy, siempre cae entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

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