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Cada persona es única, pero a la vez comparte ciertas características con los demás. El cuerpo es un ejemplo de ello ya que podemos llegar a experimentar ciertas situaciones como actos reflejos o que forman parte de la propia naturaleza humana.
Al respecto podemos hablar del hipo como una situación muy común y que seguramente todas las personas han sufrido alguna vez en su vida. El Instituto Mayo Clinic señala que el hipo consiste en espasmos reiterados o movimientos repentinos del diafragma que no se pueden controlar. Estos hacen que las cuerdas vocales se cierren de repente y produzcan el sonido "ip".
El hipo se produce por una contracción involuntaria del diafragma, músculo que separa el pecho del área abdominal y tiene un papel importante en la respiración, especifica Mayo Clinic. Entre las causas más comunes se destacan algunas situaciones de estrés, el consumo de bebidas carbonatadas, los cambios bruscos en la temperatura del estómago, comer rápido o una emoción repentina.
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El mecanismo del diafragma es descender cuando al respirar inhalamos y subir cuando exhalamos. Al alterarse este mecanismo es que se produce el hipo y la respiración es alterada. Por lo general, esta situación que invade nuestro cuerpo suele durar solo unos minutos, pero existen casos en que el hipo se prolonga durante meses. En estos casos es necesaria la consulta con un médico porque puede traer problemas a la salud.
Cuando el cuerpo de las personas es invadido por el hipo, lo primero que se busca es una solución inmediata. Sin embargo, no existen acciones específicas para solucionarlo pero sí una amplia gama de recomendaciones que se han difundido de generación en generación y que pueden funcionar.
- Tomar un vaso de agua fría: esta acción puede ayudar a controlar el diafragma ya que el frío estimula el nervio vago.
- Beber agua agachando el cuerpo hacia delante: la idea es beber el agua desde el borde opuesto de un vaso ya que esto podría cambiar el esquema de la respiración y relajar al diafragma.
- Contener la respiración y exhalar lentamente: al contener la respiración por unos 15 segundos el cuerpo acumula dióxido de carbono y eso puede relajar al diafragma.
- Tomar una cucharada de miel o azúcar: se trata de una manera de estimular el nervio vago que controla al diafragma.
- Respirar dentro de una bolsa de papel: se debe realizar cubriendo la nariz y la boca con la bolsa y repetidas veces. Así podrás incrementar el dióxido de carbono en el cuerpo, relajar el diafragma y eliminar el hipo.
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