La idea de que los hombres siempre tienen ganas de mantener relaciones íntimas está arraigada en la cultura popular.
Sin embargo, ¿qué tan cierta es esta afirmación y cuáles son sus fundamentos científicos? A continuación, exploramos lo que dice la ciencia al respecto.
El deseo sexual, también conocido como libido, es una energía mental y emocional relacionada con el sexo. Según el Instituto Nacional del Cáncer, tanto hombres como mujeres experimentan libido, aunque con reacciones químicas y hormonales diferentes.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la sexualidad como un concepto amplio que incluye el sexo, las identidades y roles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.
La Universidad Estatal de Florida ha demostrado que los hombres se excitan con mayor facilidad que las mujeres. Según sus estudios, los hombres piensan en sexo al menos una vez al día, lo que contrasta con la frecuencia sexual de las mujeres, que disminuye con la edad, como revela la Encuesta Nacional de Salud y Comportamiento Sexual 2010 del Instituto Kinsey.
La testosterona, una hormona producida por los testículos, es crucial para el deseo sexual y la apariencia física de los hombres. Según MedlinePlus, esta hormona influye directamente en la libido masculina. El Dr. François Peinado, cirujano urólogo experto en salud sexual masculina, explica que los niveles de testosterona son responsables del mayor deseo sexual en los hombres en comparación con las mujeres.
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El Dr. François añade que tanto hombres como mujeres pueden experimentar una disminución de la libido debido a factores como la fatiga, los problemas laborales, familiares o de pareja. Esto desmonta el mito de que solo las mujeres pierden el deseo sexual.
Una investigación publicada en Psychological Bulletin analizó más de 200 estudios y concluyó que los hombres reportan consistentemente un deseo sexual más alto que las mujeres. Julius Frankenbach, autor del estudio y estudiante de doctorado en psicología en la Universidad de Saarland en Alemania, explicó que aunque existen sesgos en los autoinformes, la diferencia de género en el impulso sexual es real y significativa.
Sin embargo, Frankenbach y Malte Friese, profesores del departamento de psicología de la Universidad de Saarland, realizaron una investigación que comparó la diferencia de género en el deseo sexual con la diferencia de género en el peso corporal.
Encontraron que, aunque en promedio los hombres suelen tener un deseo sexual más alto que las mujeres, hay una gran variabilidad individual. Específicamente, señalaron que entre el 24% y el 29% de las mujeres tienen un deseo sexual más alto que el hombre promedio.
Esto muestra que, a pesar de las tendencias generales, existen muchas mujeres con un deseo sexual fuerte, lo que destaca la diversidad en el deseo sexual entre las personas.
El deseo sexual masculino es una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. Aunque la testosterona juega un papel crucial, otros elementos como la edad, el estado civil, el estado emocional y las expectativas sociales también influyen en el deseo sexual.
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