Todos los alimentos que consumimos tienen efectos, positivos o negativos, en la salud de nuestro organismo y no sólo tiene que ver con la calidad sino también con la cantidad, indica un artículo difundido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La clave está en el contenido nutricional y prevenir la obesidad y el sobrepeso por las consecuencias que traen.
Es la propia persona la que debe aprender a identificar qué alimentos pueden ser positivos o negativos para su organismo, siempre tomando en cuenta su condición de salud y física preexistente. Si la persona busca un cambio de estilo de vida y la alimentación es uno de los puntos a modificar, siempre se recomienda la consulta con un especialista antes de hacerlo.
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En muchos regímenes de alimentación aparece el pulgar abajo a las harinas ultraprocesadas y, por el contrario, toman protagonismo las harinas integrales. En este punto, Prieto Hontoria, doctor en Alimentación, Fisiología y Salud, afirma que todas las harinas son ricas en carbohidratos y aclara que “las harinas de legumbres tienen menos carbohidratos que los cereales y además son de absorción más lenta, por un mayor aporte de proteínas”.
Desde la Academia Española de Nutrición y Dietética hacen hincapié en que cada persona tiene condiciones de salud diferentes por lo que la alimentación es algo muy particular. Sin embargo, en torno a las harinas, reconoce que es preferible que predominen las harinas integrales porque tienen menor índice glucémico, aportan más fibra, vitaminas, minerales y sustancias activas, muchas de ellas con actividad antioxidante.
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La harina integral conserva todas las partes del grano con el que se la elabora y a esto debe las propiedades con las que cuenta. Se trata de una alimento muy recomendado para el cuidado de la salud pero que, como sucede con muchos productos, no es apto para todas las personas.
Las personas que tienen problemas gastrointestinales graves no deberían consumir harina integral debido a que su elevado contenido de fibra podría irritar su sistema digestivo. Además, tampoco es aconsejable para las personas celíacas o con intolerancia al gluten ya que este alimento posee esta proteína. Ante estas advertencias, siempre se aconseja la consulta con un nutricionista antes de realizar cualquier cambio en nuestra alimentación.
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