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Paco Stanley no murió por robo, ni secuestro, la investigación apuntó a narcotráfico

El carismático conductor de televisión había recibido amenazas de muerte semanas antes de su asesinato en 1999, por lo que había tramitado permisos de portación de arma para su personal de seguridad; sin embargo, aquel día su escolta estaba desarmada y nada pudieron hacer. Texto: Angélica Navarrete

Aspecto del interior de la camioneta donde fue asesinado el conductor Francisco “Paco” Stanley al sur de la Ciudad de México, el 7 de junio de 1999. Crédito foto: Juan Carlos Buenrostro/EL UNIVERSAL.
06/06/2023 |00:00
Angélica Navarrete
Coordinadora de la Hemeroteca y A. Fotográfico y Editora de la sección Mochilazo en el TiempoVer perfil

Hace 24 años el famoso conductor de televisión perdió la vida en la calle y a plena luz del día, a causa de los impactos de bala de grueso calibre que recibió a quemarropa. Todo ocurrió afuera del , ubicado sobre Periférico Sur en la Ciudad de México.

Stanley Albaitero, quien entonces conducía el programa en TV Azteca, salió del local y subió a su camioneta negra del lado del copiloto, donde apenas se disponía a esperar que sus demás compañeros de trabajo salieran del lugar, cuando casi de inmediato fue rociado por las balas. En el sitio se encontraron más de 24 casquillos.

Aquel medio día del lunes 7 de junio de 1999 y luego que se dio a conocer la muerte de Stanley, el estacionamiento del restaurante El Charco de las Ranas, ubicado al sur de la capital, así como parte de la lateral de periférico Sur se llenaron de curiosos, medios de comunicación y policías. El cuerpo aún permanecía dentro de la camioneta negra, propiedad del actor. Crédito: Juan Carlos Buenrostro/EL UNIVERSAL.

Se descartó robo y secuestro

Según las investigaciones, aquel 7 de junio de 1999 los hechos se registraron a las 11:50 de la mañana; por las características del ataque se descartó el móvil de robo o secuestro. Las armas utilizadas fueron metralletas y otras cortas pero de grueso calibre; las autoridades señalaron que “narcotraficantes podrían estar detrás del crimen”.

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El también comediante almorzó ese día con parte de su elenco: Antes de salir Mario recibió una llamada telefónica y luego argumentó que tenía que ir al baño, donde permaneció mientras afuera se escuchaban los disparos. La joven de apellido Durante se quedó en la mesa esperando a Bezares.

El también locutor Francisco "Paco" Stanley al lado de uno de sus compañeros de trabajo, el también comediante, Mario Bezares. El día del asesinato, Bezares fue al baño antes de salir del local donde comió por última vez con el locutor y actor. Archivo EL UNIVERSAL.
La actriz extranjera Paola Durante era parte del elenco del comediante en el programa “Una tras otra”. El día de la muerte del locutor se quedó en la mesa del restaurante esperando a Mario Bezares, quien había ido al baño; mientras, Paco y Gil se adelantaron y salieron del restaurante, minutos después se escucharon los disparos. Archivo EL UNIVERSAL.

El reportero Jorge Gil y Stanley salieron juntos del restaurante para abordar la camioneta, luego vino el ruido de los disparos.

Pero Paco no fue el único que murió en la refriega, una persona que salía de la taquería también falleció y otras tres resultaron heridas, entre ellos el reportero de espectáculos Jorge Gil, quien estaba sentado dentro de la camioneta atrás del conductor de televisión.

Especialistas de la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) realizan trabajos de peritaje en el lugar donde murió el humorista Paco Stanley, a las afueras del restaurante "El Charco de las Ranas" en Periférico Sur número 10, en junio de 1999. Crédito: Vicente Arteaga/EL UNIVERSAL.
Fotografías del día de la reproducción de hechos en el restaurante El Charco de las Ranas. Donde se recreó la visión de uno de sus escoltas, Luis Rosendo Martínez, quien, según las investigaciones, siempre tuvo a la vista a quien disparó contra Stanley. Archivo EL UNIVERSAL.

En minutos se llenó de curiosos y de medios de comunicación

Según la información de este diario, en pocos minutos llegaron al lugar muchos curiosos, medios de comunicación, elementos de seguridad de la televisora para la cual trabajó Stanley y el jefe de la policía, quien ingresó al restaurante con el hijo del comunicador.

Mientras las televisoras transmitían en vivo desde el sitio, cerca de las 13:30 horas policías judiciales se subieron en los estribos de la camioneta del conductor, que tenía los cuatro vidrios rotos por las detonaciones, y aún con el cadáver dentro, para dirigirse a la agencia investigadora más cercana y dar seguimiento judicial a lo sucedido.

Al día siguiente en los encabezados de las notas periodísticas se leía: “Causa conmoción…”, “México está de luto”. En todas las primeras planas de los diarios se observaban fotos del cuerpo del comediante cubierto con una sábana blanca dentro de su vehículo y del lado del copiloto.

La mañana del 7 de junio de 1999, sobre periférico sur y San Jerónimo, a las afueras del restaurante El Charco de las Ranas fue asesinado el actor Francisco “Paco” Stanley. En los hechos resultó herido uno de sus colaboradores. Crédito de foto: Juan Carlos Buenrostro.
Al comediante originario de la Ciudad de México, con estudios en Abogacía y algunos estudios en psicología, publicidad y mercadotecnia, le gustaba fumar. Archivo EL UNIVERSAL.

Otra imagen que predominó ese día fue la del entonces procurador general de justicia del Distrito Federal, Samuel del Villar, mostrando a la prensa el retrato hablado de uno de los tres sicarios que huyeron en un automóvil Jetta.

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Tramitó permiso de portación de armas ante amenazas de muerte

Menos de un mes antes del asesinato, Francisco Jorge Stanley Albaitero se había presentado en la Secretaría de Gobernación a tramitar un permiso para que su equipo de seguridad pudiera portar armas. Según señaló el entonces secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, el locutor y animador había recibido amenazas de muerte; sin embargo, el día de los hechos su escolta estaba desarmada.

El 11 de mayo de 1999, a tan solo pocos días antes de su asesinato, el actor había tramitado un permiso de portación de armas de fuego para su personal de seguridad por un año, ante la Secretaría de Gobernación. Aquí la foto del anverso de la licencia. Archivo EL UNIVERSAL.
Aquí el reverso del permiso que Stanley Albaitero tramitó el 11 de mayo de 1999 ante la Secretaría de Gobernación, tan solo pocos días antes de su asesinato, para que su escolta de seguridad pudiera portar armas de fuego. Archivo: EL UNIVERSAL.

La investigación duró más de año y medio, pues llegó hasta sus más cercanos colaboradores y testigos de aquel día: Mario Bezares y Paola Durante, quienes permanecieron en prisión año y medio, pero al final salieron libres por no encontrarse pruebas en su contra.

Han pasado 24 años de su fallecimiento y los motivos de su muerte siguen sin darse a conocer de forma oficial. En su momento hubo versiones de una supuesta relación con el narcotráfico y otras líneas apuntaban hasta conflictos pasionales.


  • Fuente: Hemeroteca EL UNIVERSAL.


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