Hablar de reconocimiento al lenguaje inclusivo es, en la actualidad, debatir acerca de lo que es o no correcto. Sin embargo, es importante entender cómo surge, por qué y qué tan trascendente sería en un futuro para quienes han estado en la lucha de sus derechos durante años.
Apenas el pasado fin de semana, la senadora y aspirante a la candidatura presidencial de la oposición, Lilly Téllez, se refirió al tema en un tweet en el que descalificó este lenguaje, lo que generó debate: “No se dice todes, se dice todos. Que siempre sea motivo de orgullo hablar correctamente”.
Lee también: “¿Soy bisexual, no binario, pansexual?: La búsqueda de identidad inicia con una pregunta
En entrevista para EL UNIVERSAL, el doctor en humanidades Carlos Leal habló sobre cómo el lenguaje inclusivo se ha convertido en una posibilidad de reconocimiento para las personas de la comunidad LGBTQ+.
Mencionó que la lucha por los derechos de las personas de la comunidad sigue vigente a pesar de que las primeras “rebeliones” que se dieron en los años sesenta. A la par de esta lucha han surgido formas de reconocimiento que validan la forma en la que algunos se identifican, por lo que empieza a trascender hasta en el lenguaje.
Por ejemplo, hablamos que en los años 2000 ya se veía esta integración del “@” o la “x” para mencionar tanto a hombres como mujeres en un texto, de tal forma que ya no era necesario escribir “todas” y “todos” sino “tod@s”.
"Desde los años 2000 se plantea la necesidad de usar un lenguaje que tiene un salto de lo constitucional a lo académico, con el objetivo de visibilizar a quienes por años se han visto como ´los excluidos´, aunque esta lucha por la validación de los derechos y de lograr reconocimiento se ha gestado desde los 60s”, mencionó el especialista.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), en un artículo llamado “Orientaciones para el empleo de un lenguaje inclusivo en cuanto al género en español”, menciona que en el español es posible utilizar diferentes estrategias para hablar o escribir de manera más inclusiva y así evitar expresiones discriminatorias y visibilizar el género cuando lo exija la situación comunicativa.
Por lo que reconocen las formas de comunicación dentro del lenguaje, precisamente en el idioma español, para incluir a las personas de la comunidad LGBTQ+.
No obstante, la Real Academia Española (RAE) no adopta los términos del lenguaje inclusivo dentro del Diccionario de la Lengua Española (DLE).
Lee también: “Te respeto, pero no acepto tu identidad”: Microtransfobias, acciones “sutiles” que discriminan
En un informe puntualiza que la estrategia de emplear sustantivos colectivos de persona, femeninos o masculinos, así como términos nominales que abarquen en su designación a ambos sexos ya se considera como “inclusiva”.
Ante ello, Leal dijo que la RAE como Institución marca el reflejo del sistema, por lo que clasifica las palabras con referencia de un modo de comunicación; pero ésta no es absoluta.
“El funcionamiento normativo de la RAE como institución es el reflejo del sistema que está más inclinado a la heteronormatividad y es por ello que clasifica con referencia a un modelo de comunicación obsoleto; pero la comunicación no es absoluta sino que es cambiante y se adapta a los cambios sociales”, comentó el especialista.
El doctor en humanidades Carlos Leal también dijo que en la sociedad actual hay individuos carentes de empatía por la incapacidad de reconocer la movilidad en el lenguaje, ya que algunos no tienen esa sensibilidad de reconocer que existen formas de inclusión para la comunidad LGBTQ+ y lejos de aceptarlo, lo descalifican o invalidan.
“Por lo general, hay quienes descalifican lo que rompe el orden porque sienten que “se ataca o agrede la moral” y esta clase de pánico moral es lo que no permite que se integre el lenguaje inclusivo u alguna otra forma de reconocimiento a la comunidad. Esto también se visibiliza por el legado heteronormativo que no acepta que el lenguaje es una estrategia válida que construye realidades”, explicó Leal.
Lee también: "Mi mayor venganza es que todos seamos felices": Kenya Cuevas, una historia de lucha y resiliencia
Más allá de “romper” con lo políticamente correcto, Leal asegura que también hace falta que más personas se sensibilicen e integren en la cotidianidad las nuevas formas de inclusión.
Aunque pareciera algo inalcanzable, las nuevas generaciones permiten ver un panorama distinto, al ser quienes más hacen uso del lenguaje inclusivo y además reconocen a quienes por años se han visto como excluidos. En otras palabras, son más conscientes pese a su edad.
ayef/sal