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Octubre es el mes de sensibilización del cáncer de mama, pero la lucha debe continuar durante todo el año.
La prevención, la detección temprana y el apoyo emocional son clave para prevenir y atender esta enfermedad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cada 30 segundos se diagnostica a una mujer con cáncer de mama en el mundo.
Además, se trata de la primera causa de muertes por cáncer en mujeres en México. Por tal motivo, no debe pasar desapercibido detectar los factores de riesgo, así como la importancia de la autoexploración.
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¿No embarazarse es un factor de riesgo para el cáncer de mama?
De acuerdo con información de PiSA Farmacéutica, los factores de riesgo que incrementan las posibilidades de padecer cáncer de mama son:
- No embarazarse.
- No lactar.
- Postergar el primer embarazo después de los 30 años.
- El uso de anticonceptivos o terapia hormonal sin periodos de descanso durante 5 años o más.
- Tener la primera menstruación antes de los 12 años.
- Última menstruación después de los 50 años.
- Antecedente de cáncer de mama en la familia
- Por componente étnico (principalmente en mujeres judías).
Esto quiere decir que no solamente las mujeres con antecedentes de cáncer de mama en la familia lleven a cabo revisiones mensuales, sino también quienes no hayan tenido su primer hijo antes de los 30 años.
Según especialistas, las mujeres de 25 a 30 años deben realizarse chequeos mensuales como la autoexploración, mientras que las mujeres mayores de 40 son aptas para estudios como mastografías, mamografías o resonancias magnéticas, por lo menos una vez al año.
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¿Cómo se realiza la autoexploración para detectar cáncer de mama?
De acuerdo con el sitio oficial del IMSS es crucial que la autoexploración mamaria se vuelva una práctica mensual, debiendo realizarse entre el tercer y quinto día después del periodo menstrual
Debes observarte frente al espejo y observar señales de advertencia como:
Un bulto nuevo en la mama o la axila (debajo del brazo).
- Aumento del grosor o hinchazón de una parte de la mama.
- Irritación o hundimientos en la piel de la mama.
- Enrojecimiento o descamación en la zona del pezón o la mama.
- Hundimiento del pezón o dolor en esa zona.
- Secreción del pezón, que no sea leche, incluso de sangre.
- Cualquier cambio en el tamaño o la forma de la mama.
- Dolor en cualquier parte de la mama.
Puedes realizar la autoexploración de pie o acostada, los brazos deben estar a los lados, las manos detrás de la cabeza, los codos y hombros ligeramente hacia adelante y con las manos en la cintura.
Frente al espejo o durante la ducha, busca bolitas, zonas dolorosas, abultamientos o consistencia diferente al resto de la mama.
De pie: La mano derecha en la nuca, con la izquierda toca el pecho derecho. Comienza desde arriba palpando alrededor de la mama y luego en la parte del centro. Posteriormente, revisa toda la axila y al final aprieta el pezón para ver si hay salida anormal de líquido. Explora el otro pecho de la misma manera.
Acostada: Con una almohada pequeña o toalla enrollada debajo del hombro derecho, pon la mano derecha en la nuca, con la mano izquierda revisa el pecho derecho, palpa de la misma manera que lo hiciste estando de pie. Haz lo mismo para explorar el seno izquierdo.
Detectar el cáncer de mama de manera oportuna puede salvar tu vida. Cuando éste se diagnostica en etapa 0 o 1 incluso es curable.
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ayef/sal
