México ocupa el primer lugar a nivel internacional en casos de en educación básica, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Además, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señala que 7 de cada 10 estudiantes han sido víctimas de este problema.

La violencia escolar es entendida como toda agresión realizada dentro del ambiente educativo, la cual puede expresarse de distintas formas por los actores que conforman a la comunidad escolar, de acuerdo con la página oficial del Gobierno de.

Este tipo de agresión tiene un impacto profundo y negativo en los niños, afectando su bienestar emocional, físico y académico. Ante esta problemática, un joven comunicador decidió encarar de frente la violencia escolar bajo el lema: “Vive, ama, lucha, repite” y mediante un personaje: "Tacubo Luchador".

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Estudió Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sin embargo, su pasión por las causas sociales lo llevó a convertirse en el único luchador que no va contra los rudos o los técnicos, sino contra la violencia escolar.

En compañía de un equipo multidisciplinario integrado por especialistas de distintas áreas como la salud, las ciencias sociales y las artes visuales, Tacubo realiza “conferencias sin límite de tiempo” en donde concientiza, comparte y explica qué es la violencia escolar en escuelas de la Ciudad de México y el Estado de México.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Tacubo recalcó que, durante sus más de 13 años de experiencia, ha visitado tanto escuelas públicas como privadas y ha analizado que los comportamientos del alumnado muchas veces dependen de las zonas geográficas, pues existen escuelas en donde la violencia verbal es mayor que la física o dónde hay peleas a golpes afuera de las escuelas.

La sociedad mexicana se ve involucrada de distintas formas en este tipo de violencia, desde la prevención hasta la erradicación.

“Como tejido social estamos rotos en varios puntos, desde las familias, colonias, alcaldías, por ello es importante el papel de madres, padres, tíos, tías, abuelas, abuelos para prevenir desde el hogar la violencia escolar y hay muchas herramientas para hacerlo”, asegura Tacubo.

Sin embargo, el luchador especificó que, aunque una gran parte de la sociedad se preocupa por prevenir esta problemática, otros sectores se portan indiferentes e incluso incrédulos.

“A veces les brinca o les sacude un poco que un luchador enmascarado dé estas pláticas, pues sin saber más de mí, piensan que soy una persona improvisada, una persona sin conocimientos que se avienta a decir soy luchador y vengo a hablarles de que no se golpeen y realmente va más allá de eso.”

Otra dificultad a la que se ha enfrentado es abordar temas tan sensibles como la violencia con niñas y niños.

“Lo que hacemos es involucrar desde el primer al último minuto de la conferencia a quienes asisten en una metáfora donde una lucha libre, a tres caídas sin límite de tiempo, abandera mensajes de prevención de violencia desde la cultura de paz, respeto, empatía y trabajo en equipo”, explicó.

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Al realizar este trabajo de concientización, Tacubo ha tenido momentos de fragilidad.

“Debo, quiero y necesito reconocer que en más de una ocasión he querido colgar la máscara”, confesó a

Sin embargo, ha seguido adelante ya que está ante una labor titánica, pues además de las ganas, el trabajo académico, la investigación y el amor por contribuir en algo a la sociedad, tuvo que buscar de qué otras herramientas podían apoyarse, como la meditación, para continuar transmitiendo su mensaje en las escuelas.

Pero estas dificultades suelen esfumarse cuando el trabajo de Tacubo es reconocido y admirado por niñas y niños. Comentarios como “¡Tacubo, hoy fue el mejor día de mi vida!” y “¡Tacubo, cuando sea grande quiero ser como tú, así, de Iztapalapa para el mundo!” fungen como motivación para que día con día Tacubo siga combatiendo en esta lucha contra la violencia escolar.

En exclusiva para EL UNIVERSAL, Tacubo Luchador compartió dos experiencias que más impacto le han causado.

La primera, ocurrió en una escuela pública de Iztapalapa en donde inocentemente, un alumno se acercó a preguntarle: “Tacubo, ¿traer armas a la escuela es malo?”, a lo que él respondió “Por supuesto que traer armas de cualquier tipo a la escuela es malo”. Después, el niño le mostró una pistola que resultó ser de juguete y explicó que por motivo del Día del Niño se la regalaron en el mercado cercano a su casa. Ante esta situación, al luchador se le ocurrió proponerle al alumno el intercambio de su pistola de juguete por un autógrafo y una foto, a lo que el estudiante inmediatamente respondió “sí.”

Que un niño porte un arma, aunque sea un juguete resulta grave, pues en México, según datos del Foro “Salud” Mental: Prevención del Suicidio en Niñas, Niños y Adolescentes” 2020, cada mes se registran 52 suicidios infantiles, de los cuales, algunos tienen relación con la violencia escolar.

Estos datos se enlazan directamente a la segunda anécdota que compartió el luchador, quien narró que, en una visita a un colegio de paga de alto prestigio, al terminar la conferencia se acercaron entre siete y 10 alumnos y alumnas para platicar con él acerca de los casos de violencia escolar que habían vivido, estos eran tan graves que involucraban intentos de suicidio. Sin embargo, le pidieron que no les contara a los directivos; “no van a hacer nada” y “van a empeorar el asunto” fueron el argumento de las y los estudiantes.

Experiencias como estas, son la inspiración de los proyectos elaborados por Tacubo, como la creación de la campaña social “Niños Superhéroes de la Vida Real” que busca reconocer a niños y niñas que también han sido verdaderos héroes ante problemáticas sociales.

Después de más de 200 escuelas visitadas con casi 200 mil personas de la comunidad escolar, Tacubo mandó un mensaje a la comunidad escolar que está por iniciar el próximo ciclo escolar 2024-2025:

“Practiquemos la escucha activa. Cualquier mamá, papá, cuidador, cuidadora escuchen activamente a sus hijos sin juzgarlos.

Decía Albert Einstein: Dar ejemplo, no es la principal manera de influir en los demás, es la única manera. Repensemos eso y destaquemos que siempre estamos dando ejemplos positivos o negativos, violentos o no violentos a toda la sociedad.”

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bmc


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