Este mes se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre, una fecha importante que busca motivar la donación voluntaria y habitual de sangre. Este acto de solidaridad es vital, ya que la sangre no puede fabricarse y solo se obtiene a través de personas dispuestas a donarla. Las donaciones frecuentes garantizan la disponibilidad de sangre en los centros de hemoterapia, lo cual es esencial para el tratamiento de diversas condiciones médicas.
Donar sangre es una práctica indispensable para salvar vidas, pero aún existen muchos mitos que desmotivan a potenciales donantes. Aquí te presentamos 10 de esos mitos y la verdad detrás de cada uno, según la Fundación Swiss Medical:
Falso. Si tienes tatuajes, sí puedes donar sangre. Solo necesitas esperar seis meses desde que te hiciste el tatuaje. Lo mismo aplica para los piercings.
Falso. Muchos medicamentos son compatibles con la donación de sangre, como los analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínicos, tratamientos hormonales, ansiolíticos y medicamentos para la presión. Las excepciones incluyen antibióticos, anticoagulantes, medicamentos oncológicos e insulina, los cuales serán evaluados en la consulta pre-donación.
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Falso. Si tu presión arterial está regulada gracias a la medicación, puedes donar sangre. La presión se mide antes de la donación, al igual que los niveles de hemoglobina, para asegurar que estás en condiciones adecuadas.
Falso. La donación de sangre no es dolorosa y es rápida. El procedimiento es similar a una extracción de sangre común.
Falso. Solo se extrae una unidad de sangre (450 ml) si el médico evaluador considera que estás apto para hacerlo. La sangre extraída se reemplaza en cuestión de horas, por lo que no afectará tus actividades diarias.
Falso. No es necesario estar en ayunas para donar sangre. De hecho, es recomendable haber desayunado y mantenerse hidratado antes y después de la donación. La confusión surge porque los análisis de sangre sí requieren ayuno.
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Depende. La hepatitis A no impide la donación de sangre una vez recuperado. Sin embargo, las hepatitis B y C sí impiden donar a quienes las han padecido.
Falso. Las bolsas de extracción son estériles y el procedimiento se realiza bajo estrictas normas de asepsia. Todos los bancos de sangre siguen normas de seguridad y asepsia para proteger tanto a los donantes como a los receptores.
Falso. Este mito no tiene ninguna base científica. La donación de sangre no hace subir de peso. No es necesario aumentar la ingesta calórica después de donar, aunque sí se recomienda beber abundante agua para mantener una correcta hidratación.
Falso. La sangre es necesaria de forma constante, no solo en emergencias. Desde que se dona hasta que se puede utilizar una unidad de sangre pasan al menos 24 horas. Es crucial contar con un suministro regular de sangre para atender a todos los pacientes que la necesiten.