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Las personas somos tan complejas como el mismo universo y es por eso que nos diferenciamos tanto una de otras. Sin embargo, podemos tener ciertos rasgos en nuestra personalidad que evidencian similitudes o tal vez marcan patrones de comportamiento que son comunes, dependiendo de variables como la edad, el lugar de residencia o la clase social a la que se pertenezca, entre otros.
En esa personalidad podemos hallar características consideradas como positivas y otras como negativas. Tal vez podemos destacarlas como fortalezas y debilidades de la forma de ser de cada persona y es lo que conforma un todo que las identifica como miembros de una sociedad. En este punto radican ciertos rasgos que pueden dar lugar a situaciones o consecuencias que terminan repercutiendo en ellas mismas y en todos los que las rodean.
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Personas con confianza en sí mismos
El tema que hoy ponemos sobre la mesa es la confianza que muchas personas tienen en sí mismas y que está ligada con la autoestima. Al respecto, la psicóloga Estrella Flores-Carretero remarca que el exceso de confianza en una persona se manifiesta en la sobreestimación de la propia capacidad, es decir, cuando se cree exageradamente en sus propias habilidades o rasgos de personalidad.
Flores-Carretero pone esta parte de la personalidad como algo que puede repercutir de diferentes maneras, tanto en la persona que tienen mucha confianza en sí misma como en quienes la rodean. Por lo tanto, la profesional explica que el exceso de confianza podría intimidar a otras personas sin que nos demos cuenta.
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En esta alerta, la psicóloga describe ocho comportamientos que tienen las personas con altos niveles de confianza en sí mismos. Pero además precisa que, si alguien tiene uno de estos comportamientos como parte de su personalidad, podría estar intimidando a quienes lo rodean por lo que es mejor prestar atención a ello.
- Confundir sinceridad con sincericidio: los expertos de Evolma de Valencia señalan que al decir todo lo que pensamos sin filtro alguno estamos realizando una “conducta peligrosa porque la sinceridad aplicada sin inteligencia emocional ni empatía termina ocasionando daños innecesarios”.
- Ignorar el consejo de otros: Flores-Carretero lo grafica al señalar que cuando cuesta reconocer cuando equivocaciones propias y preferimos “culpar a las circunstancias o a otras personas, ya que admitirlos es el paso fundamental para aprender de errores y mejorar”.
- Preferir los actos a las palabras: es una manera de volverse personas impulsivas. Flores-Carretero habla de subestimar dificultades o riesgos, por lo que se pierde el miedo a vivir.
- Tener una opinión para todo: esta actitud lleva a que muchas veces se opine sobre cosas de la que ni si quiera sabemos y no es algo propio de alguien inteligente.
- Comunicarse directa y claramente: esta particularidad no da lugar a la interacción con los demás y hasta demuestra desinterés en su opinión y sentimientos.
- Después de hablar, se hace un silencio: es una clara señal de que la forma de expresarse es con demasiada vehemencia y eso puede cohibir el comportamiento de las personas que están al rededor.
- No buscar aprobación: significa que nos les importa lo que los demás opinen de ti. Esto puede alejar a otras personas porque se marca un límite, lejos de reforzar vínculos.
- Que no importe nada el pasado: el exceso de confianza puede tener explicación en esa actitud que desconoce de experiencias pasadas para el aprendizaje presente.
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