La noche del 30 de junio de 2009 el personal del hotel “Moderno” se extrañó cuando vio que un par de sexoservidoras abandonaron el lugar sin los dos hombres que pagaron por la habitación a la que ellas ingresaron. La eventual revisión del cuarto 52 dio lugar al hallazgo de cuerpos sin vida, las víctimas más conocidas hasta hoy del modus operandi de “Las Goteras”.
La visibilidad del caso se debe a la trayectoria de los hermanos gemelos Alberto y Alejandro Pérez Jiménez, ambos conocidos en la industria del entretenimiento como La Parkita y Espectrito Jr. Es decir, eran “miniluchadores”, estrellas del pancracio caracterizadas por su estatura menor al promedio.
Táctica de robo con narcóticos les quitó la vida
Aquella tarde llegaron al hotel del número 9 de la calle Incas de la colonia Centro, luego de pasar un rato bebiendo en la zona de Garibaldi. Hay versiones que señalan que se les vio alardeando sobre la cantidad de dinero que portaban.
Poco antes, habrían solicitado los servicios sexuales de sus futuras homicidas, de tal modo que acordaron encontrarse en el “Moderno”. Hay razones para tomar en cuenta que un cómplice de las damas los "enganchó" para interactuar con ellas.
Tanto el circuito cerrado de vigilancia del lugar como los testimonios concordaban en que ellas no llegaron acompañándolos, sino un rato después. El momento antes de pasar a la habitación, pidieron dos cervezas.
Cada uno de los factores y momentos anteriores resultaron en una combinación letal: La Parkita y Espectrito II fallecieron por congestión visceral generalizada. Es decir, la circulación sanguínea decayó hasta el punto de que la sangre se acumuló en sus órganos internos, sin oportunidad de regresar al corazón.
Gracias a retratos hablados y tras un operativo de hasta 160 elementos policiacos, la Procuraduría General de Justicia capitalina presentó el 21 de julio a Estela González Calva “La Tía” y el 12 de agosto a Ángeles Sánchez Rueda “La Gorda”.
“Nosotras nos vamos, pero los caballeros se quedan a reposar”, le dijeron al personal del hotel. Según la versión de Sánchez Rueda, era “La Tía” quien acostumbraba llevar consigo un frasco de gotas oftalmológicas para dormir a sus clientes y robarles, en especial si se apreciaba que eran adinerados.
“La Gorda” además comentó que la encargada del “Moderno” ya identificaba a González Calva por su costumbre de narcotizar hombres. Por lo anterior se habrían apresurado a salir sin coincidir con la responsable del hotel.
Tras las averiguaciones sobre esta tragedia, el público sabe que las gotas con ciclopentolato son un medicamento controlado capaz de dormir hombres adultos por entre diez y doce horas. De combinarse con alcohol, puede haber reacciones peligrosas para la vida.
A pesar de ello, la investigación apunta a que los hermanos Pérez Jiménez fueron víctimas mortales de esta modalidad de robo porque la cantidad de narcótico suficiente para dormir a un hombre promedio era excesiva para ellos, debido a su estatura y a su previo consumo de bebidas alcohólicas.
De ser verdad las palabras de Sánchez Rueda, las cervezas que pidieron antes de ver a los gladiadores habrían servido para hacerlos ingerir la sustancia.
Las bandas de las “Goteras”, una amenaza latente en CDMX
La práctica de aprovechar el trabajo de la prostitución para escoger víctimas de robo no era nueva. Dos años antes los medios siguieron de cerca el caso de la banda de “Las Goteras”, que culminó en mayo de 2007 en la presentación de diez de sus miembros.
Aunque se dijo que faltaba la captura de dos integrantes más, el evento arrojó luz para las 55 averiguaciones previas que tenían este modus operandi en la mira, desde el año 2000. Nada menos que 23 homicidios y 32 robos concordaban con el patrón.
Es importante resaltar que las cifras reales quizá se desconozcan porque las víctimas suelen ser hombres casados, de modo que si sobreviven no denuncian para mantener la discreción de su contacto con sexoservidoras.
Por desgracia, pareciera que al ser el de 2007 un caso tan mediático, esta práctica criminal se difundió hasta devenir en el homicidio de Parkita y Espectrito Jr. Sin embargo, lejos de detenerse, criminales solitarios y agrupados reinciden en este método.
Casos más recientes son el de “La Gotera de la Moctezuma”, una mujer que robó una fonda tras drogar de la misma manera a las empleadas, en 2017. Por su parte, el mismo año se detuvo a “Las Goteras VIP”, que aplicaban la estrategia con hombres que conocía a través de Tinder, la red social para concretar citas y encuentros.
Además de las bebidas, la procuraduría capitalina ha anunciado que otra forma de administrar estas "gotas" es directo en los senos, por parte de sexoservidoras. Desde 2019, también ha habido casos en que los culpables son taxistas que se aprovechan de pasajeros enfiestados al salir de bares o antros.
*Con información de Claudia Bolaños, Fernando Martínez y Johana Robles.
Fuente: Hemeroteca EL UNIVERSAL.