La etapa inevitable del envejecimiento, no es un proceso uniforme. Esto se debe a que recientes investigaciones de la Universidad de Stanford han identificado dos rangos etarios clave en los que el cuerpo humano experimenta un envejecimiento más acelerado: alrededor de los 44 años y a principios de los 60.
El estudio publicado en Nature Aging analizó los cambios en moléculas como proteínas, ARN y metabolitos en muestras biológicas de 108 personas de entre 25 y 75 años. Los investigadores observaron que el 81% de estas moléculas no envejecían de manera lineal, sino que presentaban cambios significativos en momentos específicos de la vida.
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La identificación de estos picos de envejecimiento ofrece una nueva perspectiva sobre cómo abordar la salud en distintas etapas de la vida. Los expertos sugieren que comprender estos momentos de mayor vulnerabilidad puede ser clave para desarrollar estrategias personalizadas de prevención y tratamiento que mejoren la calidad de vida y prolonguen la longevidad.
El envejecimiento no ocurre de forma constante y estas dos edades críticas invitan a reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestro cuerpo y salud antes y durante estas etapas de cambio.