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La temporada de lluvias en la Ciudad de México trae consigo tanto beneficios para el medio ambiente como riesgos de inundaciones y desbordamientos. Para mitigar estos riesgos y gestionar adecuadamente el agua, es fundamental medir la cantidad de lluvia que cae. De acuerdo con la página oficial de Conagua del Gobierno de México, esta medición se realiza mediante diversos instrumentos y técnicas.
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¿Cómo se mide la intensidad del fenómeno atmosférico?
El pluviómetro es uno de los dispositivos más utilizados para medir la cantidad de lluvia. Este instrumento recoge el agua de lluvia en un recipiente en forma de embudo y, en su versión más avanzada, conocida como pluviómetro de balancín, utiliza sensores electrónicos para contar el agua recogida. La información se recopila automáticamente en una computadora, que analiza los datos a través de un software especializado para proporcionar resultados precisos.
Para medir la lluvia de manera más general y no en un punto específico, se utilizan radares meteorológicos y satélites. El radar meteorológico, instalado en tierra, emite pulsos electromagnéticos que rebotan al chocar con las gotas de agua en las nubes, estimando así la cantidad de precipitación. Por otro lado, los satélites meteorológicos utilizan sensores térmicos y de microondas para calcular el espesor de las nubes y la temperatura de sus cimas, permitiendo estimar la precipitación acumulada.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informa diariamente sobre las posibilidades de lluvia en México, incluyendo datos como los estados afectados y la magnitud de las precipitaciones. Las mediciones se expresan en milímetros: un milímetro de precipitación equivale a un litro de agua por metro cuadrado. Esta unidad es fundamental para entender la intensidad de la lluvia y prevenir desastres naturales.
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Por ejemplo, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó que el 15 de junio se esperaban lluvias torrenciales de hasta 250 milímetros en Michoacán y Guerrero, lo que implica 250 litros de agua por metro cuadrado. En contraste, en Sonora, Campeche y Yucatán se pronosticaron lluvias aisladas de hasta cinco milímetros, equivalentes a cinco litros de agua por metro cuadrado.
El pluviómetro, aunque sencillo, es crucial para estas mediciones. Con una boca circular que recibe el agua y un embudo que la dirige a un colector, permite medir la cantidad de lluvia en un punto determinado. Dado que no se pueden instalar pluviómetros en todo el país, se utilizan métodos matemáticos para estimar la lluvia en áreas más amplias.
Medir la intensidad de la lluvia es crucial no solo para prevenir desastres, sino también para desarrollar políticas públicas efectivas. Estas mediciones, realizadas con precisión mediante pluviómetros, radares y satélites, permiten a los meteorólogos dar seguimiento a las lluvias y otros fenómenos atmosféricos, asegurando una respuesta adecuada ante posibles emergencias.
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