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La idea de que perros y gatos son enemigos naturales ha sido un mito extendido durante años, pero en realidad, muchos veterinarios coinciden en que una convivencia armoniosa es posible y puede incluso convertirse en una gran amistad. Aunque la compatibilidad entre estos dos animales depende más del temperamento individual de cada animal y de una buena socialización, algunas razas de perros tienen una disposición natural para llevarse bien con los felinos.
María Besteiros, auxiliar técnico veterinario y peluquera canina y felina, explica que la clave está en el carácter y en la socialización desde cachorro. Los perros que son naturalmente tranquilos, amigables y menos propensos a mostrar agresión o excitación excesiva tienen más posibilidades de adaptarse a un hogar con gatos. Además, aquellos que han sido socializados adecuadamente desde sus primeras semanas de vida suelen responder con menos ansiedad a la presencia de un felino. A continuación, te presentamos las razas de perros que tienden a llevarse mejor con gatos:
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- Labrador Retriever: Con su personalidad cariñosa y adaptable, el Labrador Retriever es una de las razas que más frecuentemente logra convivir pacíficamente con gatos. Estos perros, reconocidos por su paciencia y lealtad, suelen adaptarse a los felinos de la casa, además de ser altamente sociables.
- Golden Retriever: Los Golden Retriever comparten el temperamento amigable de los Labradores. Su carácter equilibrado y su disposición natural a la calma los convierten en compañeros ideales para gatos. Según los veterinarios, suelen ser tolerantes y aceptan bien a los felinos en su espacio.
- Cavalier King Charles Spaniel: Este perro es pequeño, afectuoso y muy dócil, cualidades que lo hacen compatible con los gatos. Además, su energía moderada permite una relación tranquila y respetuosa con los felinos.
- Bichón Maltés: De tamaño pequeño y con una disposición apacible, el Bichón Maltés suele ser una buena opción para convivir con gatos. Esta raza, que es sociable y juguetona, no tiende a ser agresiva ni dominante, lo que facilita la convivencia.
- Shih Tzu: Los veterinarios también recomiendan el Shih Tzu para hogares con gatos. Son tranquilos y se adaptan bien al ambiente hogareño, además de ser pacientes y poco territoriales, lo que permite una convivencia respetuosa con los felinos.
- Bulldog Francés: El Bulldog Francés es una raza amigable y de temperamento equilibrado. Al ser de tamaño mediano y relativamente calmado, puede adaptarse fácilmente a un entorno con gatos sin mostrar agresión.
- Pug: Este pequeño perro es cariñoso, tranquilo y nada agresivo, lo que lo convierte en un excelente compañero para gatos. Además, los Pugs son perros sociables, lo que suele facilitar la adaptación al nuevo miembro felino del hogar.
Consejos para una convivencia armoniosa, según veterinarios
Los expertos señalan que más allá de la raza, el éxito de la convivencia entre un perro y un gato depende de las primeras experiencias entre ambos.
- Socialización temprana: La socialización en las primeras semanas de vida es crucial para que el perro perciba al gato como parte de su entorno. Los veterinarios recomiendan exponer al cachorro a diferentes estímulos, incluidos otros animales, para reducir posibles actitudes agresivas en el futuro.
- Presentación gradual: La primera interacción entre ambos debe ser supervisada y progresiva. Separarlos con una barrera (como una puerta de cristal o una reja) en las primeras reuniones puede ayudar a que ambos animales se familiaricen con los olores y las presencias sin sentirse amenazados.
- Premios y refuerzos positivos: Recompensar a los animales cuando se comportan de forma tranquila en presencia del otro les ayuda a asociar la convivencia con una experiencia positiva. Esto puede incluir premios, caricias y palabras de ánimo.
- Rituales de intercambio de olores: Intercambiar camas o mantas entre el perro y el gato ayuda a que se acostumbren a los olores antes de verse cara a cara. Esta práctica reduce el estrés y permite una transición más suave.
- Espacios individuales: Asegurarse de que cada animal tenga su propio espacio para descansar y alimentarse evita conflictos por territorio y ayuda a que ambos se sientan seguros en el hogar.
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La convivencia entre perros y gatos es posible y puede ser incluso gratificante si se enfoca desde el respeto y la paciencia. Con una socialización adecuada y algunos cuidados básicos, el hogar puede convertirse en un espacio armonioso para ambas especies, sin importar si es un perro o un gato quien llegó primero.