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La cúrcuma, una especia con una larga historia en la cocina y la medicina tradicional, ha sido objeto de numerosos estudios que respaldan sus propiedades medicinales.
Exploramos cómo esta planta puede ayudar a combatir una amplia gama de enfermedades, respaldada por su rico contenido nutricional y el poder de su componente activo, la curcumina.
Además de su vibrante color y sabor característicos, la cúrcuma contiene una variedad de nutrientes esenciales, incluyendo manganeso, hierro, cobre, vitaminas y minerales, así como polifenoles y antioxidantes.
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Sin embargo, es la curcumina la que destaca por sus beneficios para la salud, reconocida por sus efectos antiinflamatorios, antitumorales, antidiabéticos y antioxidantes.
3 enfermedades que pueden ayudar a combatir la cúrcuma
A pesar de la falta de reconocimiento formal de sus beneficios por parte de organismos como la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la cúrcuma ha atraído la atención de la comunidad científica por sus posibles efectos en una amplia gama de enfermedades.
De acuerdo con Healthline, la cúrcuma y la curcumina están siendo investigadas por sus posibles efectos en una variedad de enfermedades. Aunque aún se necesita más investigación para comprender completamente estas aplicaciones, algunas de las enfermedades que se están estudiando incluyen:
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1. Inflamación Crónica: La curcumina posee propiedades antiinflamatorias potentes, lo que la convierte en un remedio natural para combatir la inflamación crónica, un factor subyacente en muchas enfermedades como la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal y la diabetes tipo 2.
2. Enfermedades Cardiovasculares: La cúrcuma puede beneficiar la salud del corazón al mejorar la función endotelial, reducir la presión arterial y disminuir el riesgo de coágulos sanguíneos. Estos efectos pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares como la hipertensión y la enfermedad cardíaca coronaria.
3. Enfermedades Neurodegenerativas: La curcumina muestra prometedores efectos neuroprotectores, lo que la convierte en un candidato potencial para el tratamiento y la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Su capacidad para cruzar la barrera hematoencefálica y reducir la inflamación y el estrés oxidativo en el cerebro la convierte en un arma poderosa contra estas afecciones.
Asimismo, National Institutes of Health (NIH) dice que " la cúrcuma y la curcumina tienen “actividades biológicas interesantes” y difíciles de estudiar, por lo que se sabe poco de sus beneficios debido a varias razones:"
- La curcumina es inestable y se transforma fácilmente en otras sustancias.
- La curcumina tiene baja biodisponibilidad, es decir, cuando se consume vía oral no llega mucha cantidad a la sangre.
- Los productos de curcumina tienen composiciones muy variables, lo cual complica la comprensión y comparación de los resultados de las investigaciones.
Es importante destacar que la cúrcuma no debe considerarse un sustituto de los tratamientos médicos convencionales, y es fundamental consultar a un profesional de la salud antes de incorporar suplementos de cúrcuma en la dieta, especialmente si se están tomando medicamentos o se tiene alguna condición médica preexistente.
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