La víspera, Televisa estrenó "El Show: crónica de un asesinato" en donde aparecen testimonios de personajes políticos, empresariales y del espectáculo en torno a la vida y muerte de Paco Stanley, a 24 años del homicidio, que no termina de esclarecerse.
"Nadie puede vivir sin entretenimiento" es el primer capítulo de la docuserie, en el que se habla de los inicios de Francisco Jorge Stanley Albaitero, el nombre real de "Paco, Pacorro, de todos el más rorro", quien al momento de morir tenía 56 años.
En el capítulo uno se cuenta que Paco Stanley inició su carrera en los meidos de comunicación en la XEW, la radio de mayor tradición en el país. Diversas voces hacen hincapié en que el conductor destacó por su hermosa voz, su excelente dicción y no por ser recomendado de alguien.
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"Él vino de abajo", dice Álvaro Cuevas, critico de televisión, en algún momento. Además, explica el modelo aspipracional que representaba Paco Stanley para los mexicanos,, pues todos queríamos ser como él y salir de la pobreza.
En un punto, los guinistas entrevistan a José, "Pepe" Cabello, quien relata parte de la infancia de Paco Stanley. Cabello, quien fue colaborador del conductor, cuenta que Stanely nació en la colonia Roma en una vecindad, en donde vivía con su familia, aunque su padre bebía demasiado.
Una rata mordió a Paco Stanley cuando era muy pobre
"El cuenta que se se acostaba en un colchón de puro resorte, una noche que llegó su papá y lo mueve, ahí lo mordió una rata en el labio y ahí dice que estuvo toda la noche llorando", dice Pepe Cabello en la docuserie.
Esa anécdota y otras más llevan a quienes conocieron a Paco Stanley a recordar cómo lo marcó la pobreza que vivió en su infancia. El conductor de "Pácatelas" vivía en una vecindad ubicada en la calle de San Luis Potosí, en la colonia Roma.
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Si bien la colonia Roma ha tenido un aumento en el valor inmobiliario de las viviendas, durante la infancia de Paco Stanley la situación era distinta.
Sin embargo, cuando el conductor comenzó a tener éxito adquirió otro inmueble a unos pasos de donde vivió su niñez. En esa casa, Stanley recibía a visitas y cerraba tratos de negocios.
