Originaria de los Andes, la kañiwa es una semilla ancestral que, a pesar de su similitud con la popular quinoa, posee características propias que la destacan en el mundo de la alimentación saludable. Este pseudocereal, considerado un superalimento, se ha ganado un lugar entre los alimentos con mayores beneficios para la salud gracias a su rica composición nutricional y a su capacidad de inhibir la proliferación de bacterias y virus.
Un aspecto que diferencia a la kañiwa de otros cereales es su alta concentración de flavonoides. Estos pigmentos naturales, presentes en diversas plantas, actúan como poderosos antioxidantes que protegen al cuerpo de los efectos dañinos de los rayos ultravioletas, la contaminación y otros agentes oxidativos. Esta capacidad antioxidante ayuda a prevenir enfermedades inflamatorias y cardiovasculares, además de inhibir el crecimiento de ciertas bacterias y virus. Esto convierte a la kañiwa en un aliado valioso para fortalecer el sistema inmune y proteger al organismo de infecciones.
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Otra ventaja destacada de la kañiwa es su perfil libre de gluten, lo que la hace ideal para personas con intolerancia al gluten o con enfermedades como la celiaquía. A diferencia del trigo y otros cereales que contienen gluten y pueden causar molestias gastrointestinales, la kañiwa aporta proteínas vegetales, vitaminas del grupo B y minerales esenciales como calcio, hierro y fósforo, sin los riesgos asociados al gluten. Esta semilla también ofrece una elevada cantidad de fibra, lo que favorece la digestión y contribuye al bienestar intestinal.
Los nutrientes de la kañiwa son impresionantes, según el Conicet. En 100 gramos de esta semilla se encuentran 15.4 gramos de proteína, 7.7 gramos de fibra y una cantidad significativa de minerales como 134 mg de calcio y 424 mg de fósforo. Además, es una fuente rica en ácidos grasos insaturados, especialmente omega-6, conocidos por sus beneficios en la salud cardiovascular y la función cerebral. El consumo regular de alimentos ricos en ácidos grasos insaturados puede ayudar a reducir el colesterol, estabilizar la presión arterial y mejorar la función cognitiva.
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El ácido linoleico, un tipo de omega-6 presente en la kañiwa, ha demostrado ser especialmente beneficioso para la salud cerebral. Este compuesto contribuye a mejorar las funciones cognitivas, particularmente en personas con problemas de memoria o enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Asimismo, tiene propiedades que favorecen la salud de la piel y el cabello, promoviendo su rejuvenecimiento y estimulando el crecimiento capilar.