La infancia es una etapa clave en el desarrollo emocional y psicológico de las personas. Según la psicología, los elogios y las palabras de afirmación juegan un papel crucial en la construcción de la autoestima y la confianza en uno mismo desde una edad temprana. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando un niño crece sin recibir estos elogios o reconocimientos?
Durante la infancia, los niños comienzan a reconocer y expresar sus emociones. Aprenden a nombrarlas, identificarlas y regularlas. Acá es donde los padres juegan un papel esencial, ya que contribuyen a este proceso a través de la corregulación, es decir, ayudando a los niños a gestionar sus emociones de manera adecuada.
La psicoterapeuta cognitivo-conductual, Dra. Yasmine Liénard, afirma que los elogios y la atención de los padres son vitales para el desarrollo emocional de los niños. Estos estímulos permiten a los pequeños desarrollar confianza en sí mismos y autoestima. Sin embargo, cuando los niños no reciben estos elogios, pueden experimentar carencias afectivas y sentir cierto abandono emocional. Esto puede llevar a la aparición de una baja autoestima y una falta de seguridad en la vida adulta.
Como consecuencia, estas personas pueden llegar a depender en gran medida de la aprobación externa y tener dificultades para confiar en sus propias habilidades o juicios.
Ante esto, el especialista también señala que los padres que no elogian a sus hijos suelen repetir patrones de comportamiento heredados, ya que ellos mismos no recibieron estos estímulos en su infancia.
No es recomendable elogiar continuamente a los niños, ya que puede generar sobrevaloración y dependencia del elogio. El equilibrio es clave. El método Montessori sugiere el elogio descriptivo, que destaca los logros específicos sin evaluarlos. Este enfoque favorece la autocrítica, el pensamiento independiente y la autoestima. Por ejemplo, en lugar de decir "muy bien", se puede describir lo que hizo el niño, como "has recogido tu cuarto solo", para que reflexione sobre su esfuerzo sin depender de la aprobación constante de los adultos.
Los elogios son una herramienta poderosa en la crianza, pero deben utilizarse con equilibrio. Los elogios descriptivos permiten que los niños desarrollen su propia capacidad de evaluación y confianza, mientras que la atención constante y el amor incondicional siguen siendo la base para un desarrollo emocional saludable.
No obstante, es importante recordar que los efectos de una infancia sin elogios no son inmutables. La psicoterapia y el trabajo personal pueden ayudar a estos individuos a reconstruir su autoestima y a desarrollar una autoimagen más positiva a lo largo del tiempo.
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