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La alfalfa, también conocida como lucerna, es una planta herbácea perteneciente a la familia de las fabáceas. Originaria de Asia, ha sido cultivada globalmente durante siglos debido a su alto valor nutricional y sus múltiples beneficios para la salud. Esta planta, reconocida por su riqueza en vitaminas, minerales, saponósidos e isoflavonas, se destaca por su capacidad para regular el colesterol y limpiar el intestino, convirtiéndose en una aliada indispensable para una dieta equilibrada y saludable.
El poder de la alfalfa para reducir el colesterol
La alfalfa es valorada por sus propiedades medicinales, especialmente su capacidad para regular los niveles de colesterol en la sangre, según detalla Mayo Clinic. Este efecto hipolipemiante se debe principalmente a dos tipos de compuestos presentes en la planta:
- Saponinas: Las saponinas son compuestos vegetales con propiedades limpiadoras que se unen al colesterol en el intestino. Esta unión reduce la absorción de colesterol, promoviendo su eliminación a través de las heces. De esta manera, las saponinas ayudan a disminuir los niveles de colesterol LDL, conocido como "malo".
- Fibra Soluble: La alfalfa es una excelente fuente de fibra soluble, que ayuda a reducir la producción de colesterol en el hígado. Además, esta fibra aumenta la sensibilidad a la insulina, una hormona crucial para regular los niveles de glucosa en sangre. La fibra soluble no solo mejora el perfil lipídico, sino que también contribuye a una mejor gestión de los niveles de azúcar en sangre.
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Además, la alfalfa es una excelente aliada para quienes buscan controlar su peso. Su alto contenido de agua y fibra aumenta la sensación de saciedad, lo que ayuda a reducir el apetito y el consumo calórico diario. Además, los nutrientes presentes en la alfalfa favorecen una mejor digestión y la eliminación de toxinas del cuerpo.
¿Cómo preparar té de alfalfa?
Una manera práctica y efectiva de aprovechar las propiedades depurativas de la alfalfa es a través de una infusión. Para eso, necesitarás:
- 1 cucharada de hojas o brotes de alfalfa secos
- 1 taza de agua caliente
- Miel, limón o jengibre (opcional)
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Preparación:
- Hierve el agua y viértela sobre las hojas o brotes de alfalfa secos.
- Deja reposar durante unos 5-10 minutos.
- Cuela la infusión y agrega miel, limón o jengibre al gusto.
Esta infusión es una excelente manera de limpiar tu organismo, eliminando toxinas y desechos mientras disfrutas de una bebida nutritiva y refrescante.