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En abril del 2004 Araceli Vázquez fue detenida en el Estado de México acusada por el delito de robo calificado contra adultos mayores. Mientras esperaba su proceso, las autoridades la señalaron de ser la famosa homicida conocida como “La Mataviejitas”.
La hoy residente del Reclusorio de Santa Martha declaró para un trabajo periodístico de Canal Catorce, "Cartas para la libertad", que fue obligada a ponerse una peluca y una bata blanca para que declarara ante medios de comunicación que, efectivamente, ella era la supuesta asesina.
A golpes, tortura y tras amenazarla con “lo que les podía pasar a sus hijos que estaban ahí afuera”, salió para ser exhibida por el entonces procurador de justicia del Distrito Federal, Bernardo Bátiz.
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El modus operandi de Araceli
Araceli acepta que vio la oportunidad para robar a personas de la tercera edad cuando llegó a un hospital y había un módulo donde entregaban tarjetas para adultos mayores y fue ahí cuando comprendió que "aquí es donde yo tengo que sacar dinero de estas personas".
Cuenta que al otro día volvió y se acercó a una mujer que recién había cobrando su pensión: "era tan fácil como moverse como un pez en el agua". Araceli les decía que era trabajadora social y les ofrecía la entrega de una tarjeta de despensa (que era la que se entregaba en ese entonces) por lo que les pedía datos, entre estos cuentas bancarias y que tuvieran dinero en efectivo, mismo que le mostraban para cumplir con el requisito. Luego de ganarse su confianza, aprovechaba descuidos para tomarlo.
Incluso señala que en algunas casas las personas le daban copias de las llaves o que llegó a robar tres veces en el mismo lugar.
Dice que duró 5 años robando, siempre con el mismo modo de operar, en la colonia del Valle y de lunes a viernes. Era como un trabajo.
Con el dinero que hizo robando, viajó con su familia a Arabía e incluso, dice, apoyaba a la comunidad en Teotihuacán donde vivía.
Pensó que de ser descubierta solo tendría que pagar una fianza, pero terminó pagando años de cárcel y siendo señalada como "La Mataviejitas".
Se acabó su vida
La libertad no es lo único que perdió, en dicha entrevista contó que en un momento de su estancia en prisión llegó su familia para ofrecerle una de sus comidas favoritas, pero nadie comió con ella; cuando les preguntó por qué no comía le dieron la noticia: “tu hijo murió de un balazo en la cabeza”.
En ese momento, dijo, para ella dejó de tener importancia la vida, sin embargo, con el apoyo de personas en la cárcel, siguió luchando. Años después pasó por otro momento difícil cuando su esposo la dejó, después de otra situación que hizo que no dejara de llorar.
Sin embargo, dice que dentro de la cárcel tuvo lindos momentos como cuando el novio de su hija fue a pedirle la mano de la joven y vía telefónica disfruto de las fiestas nupciales.
"Esto tú lo hiciste"
Cuando fue detenida, dice Araceli que la golpearon, agredieron psicológicamente, que fue intimidada y difamada.
"Tú estás por los robos aquí, y además estás confesa, pero te voy a enseñar", dice que le mostraron una carpeta repleta de fotos de mujeres asesinadas: "esto tú lo hiciste".
Luego, le arrancaron un mechón de cabello que la dejó sangrando, al tiempo que le decían que iba a salir con una bata y una peluca ante los medios. "Yo nunca dije que era enfermera, yo decía que era trabajadora social... pero yo calladita y cooperando".
Por la serie de robos a Araceli le imputaron 42 años de prisión y buscaron adjudicarle dos homicidios, pero no pudieron comprobarle ninguno. Además, pese a estar detenida, los asesinatos de mujeres mayores seguían.
“Por qué me pasa esto a mí", expresó.
"Si Dios existe habrá libertad, si no, pues ni modo”, sentenció y aseguró que sigue luchando para poder ser libre.
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Dos años después cayó la verdadera "Mataviejitas"
Dos años después, en 2006 cayó la verdadera Mataviejitas. Una luchadora profesional llamada Juana Barraza Samperio.
Se le atribuyen 16 asesinatos de mujeres de la tercera edad y por los cuales pesa una condena de 759 años de prisión en el penal de Santa Martha Acatitla.
Actualmente fue trasladada del penal Femenil de Santa Martha al hospital Xoco, debido a una ruptura de fémur.
