La Luna, nuestro satélite natural, ha sido durante milenios una fuente de inspiración, misterio y estudio científico. Desde los antiguos mitos que la relacionaban con dioses hasta las misiones espaciales que buscan desentrañar sus secretos, la Luna ocupa un lugar único en el imaginario colectivo y en la investigación astronómica.
La Luna es el único cuerpo celeste que los humanos han visitado físicamente. Desde el histórico alunizaje del Apolo 11 en 1969 hasta los proyectos actuales como el programa Artemis de la NASA, este satélite ha sido clave para nuestra comprensión del universo.
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Un reciente estudio liderado por el astrónomo Arthur Briaud, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, confirmo un aspecto clave sobre la Luna que permanecía como un enigma durante décadas: su núcleo interno es sólido. Esta revelación, publicada en mayo de 2023 en la revista Nature, fue posible gracias al análisis de datos obtenidos por misiones espaciales y avanzadas técnicas de medición láser.
El núcleo sólido de la Luna, con un radio de aproximadamente 258 kilómetros, está rodeado por una capa líquida que se extiende hasta los 362 kilómetros de profundidad. Este hallazgo resalta similitudes entre la estructura lunar y la terrestre, dado que ambos cuerpos celestes tienen núcleos internos sólidos y capas externas líquidas.
La investigación no solo confirma la existencia de un núcleo sólido, sino que también arroja luz sobre fenómenos como la desaparición del campo magnético lunar hace más de 3.200 millones de años. Los modelos generados sugieren que un proceso conocido como "inversión global del manto" pudo haber influido en la formación de materiales volcánicos en la superficie lunar.
Además de responder a una pregunta fundamental, este descubrimiento tiene importantes implicaciones para futuras investigaciones. La comprensión de la estructura interna de la Luna es crucial en un contexto en el que la exploración espacial vive un resurgimiento. Misiones como Artemis, de la NASA, planean establecer bases permanentes en el satélite para investigaciones científicas y posibles actividades comerciales, como la extracción de helio-3, un recurso valioso para la generación de energía.
Este avance abre una nueva etapa en la comprensión de los cuerpos planetarios rocosos y podría ofrecer pistas sobre la formación y evolución de otros planetas en el Sistema Solar. Con el próximo alunizaje planificado para 2026 bajo el programa Artemis, la Luna sigue siendo un punto focal para el avance de la ciencia y la exploración humana.
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La confirmación de un núcleo sólido en la Luna no solo resuelve un misterio científico, sino que también prepara el camino para un entendimiento más profundo de nuestro satélite y su papel en el contexto del universo.
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