La pregunta sobre el origen de la vida en la Tierra ha intrigado a científicos durante siglos. Un reciente estudio realizado por investigadores de Harvard sugiere una respuesta novedosa: los rayos de nube a tierra pudieron haber desempeñado un papel crucial en la formación de los elementos básicos necesarios para la vida.
Tradicionalmente, se pensaba que la vida pudo haberse originado a partir de materiales traídos por cometas o asteroides o a través de rayos que se generaban entre las nubes. Sin embargo, estas teorías no lograron explicar completamente la complejidad del proceso. El equipo de científicos de Harvard decidió explorar otra posible explicación, enfocándose en los rayos que viajan de las nubes a la tierra.
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Para investigar esta hipótesis, los especialistas de Harvard replicaron en el laboratorio las condiciones de la Tierra primitiva. Crearon un entorno controlado que imitaba el aire, el agua y la tierra de hace miles de millones de años. En este ambiente, generaron rayos simulados y observaron las reacciones químicas que ocurrían en la tierra y en el agua.
“La configuración experimental imitó la electroquímica inducida por los relámpagos y mostró un rendimiento significativo de reducción del dióxido de carbono a monóxido de carbono y ácido fórmico y de fijación del gas nitrógeno en iones nitrato, nitrito y amonio”, afirmó el estudio de Harvard.
Transformaciones químicas esenciales
Uno de los hallazgos más notables del estudio fue que el carbono y el nitrógeno, elementos esenciales para la vida, se transformaron en compuestos fundamentales. El carbono se convirtió en monóxido de carbono y ácido fórmico, mientras que el nitrógeno se transformó en nitrito, nitrato y amonio. Estas transformaciones químicas sugieren que las tormentas eléctricas en la Tierra primitiva pudieron haber facilitado reacciones radicales y electroquímicas en diferentes fases, proporcionando fuentes esenciales de nitrógeno y carbono para la vida emergente.
Además, cuando se añadieron minerales similares a los que se encontraban en las rocas primitivas, se observó la formación de sulfuro, que generalmente se encuentra cerca de erupciones volcánicas. También se notó un aumento en la producción de amoníaco, un compuesto crucial para la vida.
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Ante esto, los resultados de esta investigación de Harvard sugieren que los rayos de nube a tierra pudieron haber sido una fuente fundamental de los materiales necesarios para el desarrollo de la vida en la Tierra, superando en importancia a los asteroides y cometas. Este estudio, publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, no solo ofrece una explicación alternativa a los modelos anteriores, sino que también abre nuevas vías para explorar cómo las condiciones primordiales de la Tierra pudieron haber facilitado el surgimiento de la vida.