Cuando se habla de especias, la mayoría piensa en ingredientes comunes como el comino, la canela o el ajo. Sin embargo, una especia menos conocida pero con propiedades excepcionales es la asafétida. Este condimento, originario de Oriente Medio y utilizado ampliamente en la cocina india, es una verdadera joya oculta en el mundo culinario y medicinal, capaz de ayudar a reducir el colesterol y los niveles de azúcar en sangre.
Conocida científicamente como Ferula assafoetida, la asafétida proviene de una planta de la familia de las apiáceas y destaca por su fuerte olor debido a su alta concentración de compuestos azufrados. Aunque su aroma puede resultar desagradable en estado crudo, al cocinarse se transforma, aportando un sabor único y agradable que la convierte en un excelente sustituto del ajo en múltiples recetas.
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Los beneficios de la asafétida van mucho más allá de su uso en la cocina, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH). Esta especia es una fuente rica en antioxidantes, lo que la hace ideal para combatir la inflamación crónica, un factor relacionado con enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 e incluso ciertos tipos de cáncer. Además, estudios y tradiciones en la medicina natural han destacado su capacidad para regular los niveles de azúcar en sangre y reducir el colesterol, lo que la convierte en un aliado valioso para quienes buscan cuidar su salud metabólica y cardiovascular.
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En la medicina tradicional, la asafétida se ha utilizado durante siglos para tratar problemas digestivos y respiratorios. Su capacidad para mejorar la digestión y aliviar síntomas de hinchazón y gases la ha hecho popular en culturas que la integran en caldos, currys y otras preparaciones húmedas.
Para aprovechar al máximo los beneficios de esta especia, es importante saber cómo consumirla. Por lo general, la asafétida se utiliza frita o tostada al inicio de la preparación de un plato. Consumirla en crudo no es recomendable, ya que puede causar efectos secundarios como náuseas o malestar estomacal.