La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enfatizado la importancia de seguir una dieta saludable para prevenir enfermedades crónicas como la diabetes y trastornos cardíacos, además de favorecer el progreso cognitivo. En este contexto, especialistas en alimentación recomiendan incorporar alimentos ricos en vitaminas, minerales y nutrientes esenciales para mantener el cuerpo en óptimas condiciones. Entre estos alimentos destaca el anís, una hierba que no solo ofrece beneficios digestivos, sino también cognitivos, lo que la convierte en un aliado ideal durante el.

El , conocido científicamente como Pimpinella anisum, pertenece a la familia Apiaceae, la misma que incluye al perejil. Esta planta anual es conocida por su fuerte sabor aromático, especialmente presente en sus semillas. El aceite esencial de anís, conocido como esencia de anís, es ampliamente utilizado en la culinaria, perfumería y como aromatizante en diversas preparaciones, desde panadería y repostería hasta licores y platos con mariscos.

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Originario de Asia, el anís se cultiva en muchas partes del mundo. Una variedad similar, el anís estrellado (Illicium verum), también se utiliza en la medicina tradicional para tratar problemas digestivos como el cólico y el reumatismo. Las semillas de anís son conocidas por sus propiedades digestivas, ayudando a aliviar dolores estomacales, espasmos abdominales, cólicos, y gases. Además, el anís tiene propiedades galactagogas, es decir, puede estimular la lactancia en madres lactantes.

Según el compendio de Medicamentos Herbarios Tradicionales del Ministerio de Salud de Chile, uno de los mayores beneficios del anís es su capacidad para promover la memoria y facilitar los trabajos intelectuales. Preparar una infusión de anís es una forma sencilla y efectiva de aprovechar sus propiedades. Para hacer una infusión, simplemente agregue una cucharadita de semillas de anís a una taza de agua caliente y déjela reposar durante unos minutos. Consumir una taza de esta infusión tres veces al día puede proporcionar alivio a malestares estomacales y, al mismo tiempo, mejorar la función cognitiva, lo cual es especialmente útil durante actividades que requieren concentración y esfuerzo mental.

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El anís también puede incorporarse fácilmente en las comidas diarias. Se puede agregar a postres, panes, guisos, ensaladas y aderezos para dar un toque de sabor y aroma distintivo. Además, es un ingrediente popular en la preparación de cócteles y licores caseros. Esta versatilidad culinaria permite disfrutar de los beneficios del anís en una variedad de formas, haciendo que su inclusión en la dieta sea tanto práctica como placentera.

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