El tamarindo es una fruta tropical que ha ganado popularidad en diversas cocinas del mundo, especialmente en Asia, el Caribe y América Latina. Este superalimento es conocido no solo por su sabor distintivo, sino también por sus numerosos beneficios para la salud. Recientes estudios, como el realizado por la Cleveland Clinic, han destacado las propiedades medicinales del tamarindo, que van más allá de su uso culinario.
El tamarindo es una excelente fuente de nutrientes esenciales que favorecen una alimentación saludable. Su pulpa está repleta de vitaminas, minerales y antioxidantes que contribuyen al bienestar general del cuerpo. Entre sus beneficios más destacados se encuentran la mejora de las defensas del organismo, la regulación de la hipertensión y la prevención de la diabetes. Esta fruta, rica en potasio y fibra, supera incluso al kiwi en términos de contenido de fibra y ayuda a eliminar la retención de líquidos.
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A nivel nutricional, el tamarindo ofrece una composición rica y variada. En 100 gramos de esta fruta se encuentran 292 calorías, 73 gramos de carbohidratos y 20 gramos de fibra, sin grasas ni proteínas. Aunque no es una fuente significativa de vitaminas y minerales como el calcio, hierro o vitamina C, su contenido en potasio y antioxidantes como el betacaroteno resulta notable.
Uno de los principales beneficios del tamarindo es su capacidad para ayudar en el control del azúcar en sangre, lo que lo hace apto para personas con diabetes. A pesar de su contenido de azúcar, su bajo índice glucémico previene picos de glucosa. Se recomienda un consumo moderado, preferiblemente centrado en la pulpa, para aprovechar estos beneficios sin riesgos.
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El tamarindo también se destaca por su potencial para proteger contra enfermedades autoinmunes. Los antioxidantes presentes en la fruta, especialmente el betacaroteno, ayudan a combatir el daño celular relacionado con el envejecimiento y diversas patologías autoinmunes. Además, según la Cleveland Clinic, las semillas de tamarindo podrían ser útiles en el tratamiento de la obesidad, ya que los inhibidores de la tripsina en el tamarindo pueden influir en las hormonas relacionadas con el apetito y la saciedad.
Otro beneficio significativo de esta fruta tropical es su capacidad para reducir la inflamación. Gracias a su contenido de potasio, flavonoides y polifenoles, la pulpa del tamarindo posee propiedades antiinflamatorias que pueden aliviar la inflamación asociada a lesiones y enfermedades crónicas. Además, el tamarindo es eficaz en el control de la presión arterial. Su alta concentración de magnesio aporta más del 25% de la ingesta diaria recomendada, desempeñando un papel crucial en la regulación de la presión arterial, especialmente en adultos mayores.
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