La naturaleza brinda una amplia variedad de alimentos que no solo satisfacen el paladar, sino que también promueven la salud y el bienestar. Entre ellos, uno de los más destacados es el saramuyo, también conocido como anón, que es muy similar a la chirimoya. Este beneficioso fruto tropical tiene propiedades nutricionales y medicinales que ayudan a prevenir el cáncer y aportan hierro, vitamina C, proteína y fósforo.
El saramuyo es una fruta pertenece a la familia Annonaceae y es nativo de las Antillas, el conjunto de islas del mar Caribe. En México, específicamente en el estado de Yucatán, ha ganado notoriedad en los últimos años debido a su creciente demanda y sus múltiples ventajas para el organismo. En 2016, se registró una producción de 386 toneladas de esta fruta, lo que resalta su importancia en la región.
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Denominado “manjar blanco”, al igual que la chirimoya, este fruto tropical se caracteriza por su forma redondeada, que oscila entre los seis y diez centímetros de diámetro, y su cubierta de escamas verdes. Su pulpa blanca, dulce y sumamente nutritiva, es la parte comestible. Se utiliza en la elaboración de una gran variedad de productos, desde licores y helados hasta postres y jarabes.
El saramuyo es una excelente fuente de nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Entre los nutrientes que ofrece se encuentran el hierro, la vitamina C, la proteína y el fósforo. Estos elementos no solo contribuyen a una mejor salud en general, sino que también ayudan a prevenir una variedad de problemas, incluidos los reumatismos, gastrointestinales, respiratorios y renales.
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Uno de los aspectos más destacados del saramuyo es su potencial en la prevención del cáncer. Según el gobierno de México, el extracto de las semillas de esta fruta posee propiedades antimicrobianas que pueden ayudar a inhibir el crecimiento de células tumorales cancerígenas. Este hallazgo ha despertado un gran interés en la comunidad científica y médica, que continúa investigando al respecto.
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