El colesterol es una sustancia cerosa y parecida a la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo humano y este la necesita para producir hormonas, vitamina D y sustancias que le ayuden a digerir los alimentos, según precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Sin embargo, la acumulación del colesterol puede traer serios problemas a nuestra salud por lo que controlar sus niveles es fundamental.
El aumento en las concentraciones plasmáticas de colesterol por encima de los niveles normales mantiene preocupada a buena parte de la sociedad, señala la Sociedad Española de Cardiología. Una alimentación inadecuada es un factor determinante en este tema y es por eso que las recomendaciones para controlarlo pasan principalmente por mejorar ciertos hábitos.
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Desde la Secretaría de Salud de México precisa que para evitar padecer cardiopatías y accidentes cerebrovasculares, a causa del elevado nivel del colesterol malo (LDL), es necesario mantener una alimentación e implementar cambios en el estilo de vida como realizar actividad física diaria. Además, señala, es necesario consultar al médico para recibir orientación y tratamiento.
En torno a la alimentación, existen diferentes productos que colaboran ante los niveles elevados de colesterol y entre estos se destaca una fruta exótica originaria del sureste de Asia y que actualmente se cultiva en México. Se trata de la carambola, conocida por su forma de estrella, que aporta provitamina A y vitamina C, fibra y minerales como potasio y calcio, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.
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Incluir la carambola en nuestra alimentación es aportarle estos nutrientes anteriormente mencionados y ofrecerle así propiedades beneficiosas para la salud. Esta fruta ayuda a prevenir problemas cardiovasculares, aterosclerosis y diabetes, además de proteger al corazón y combatir el envejecimiento de las células.
Es su aporte de fibra lo que convierte a la carambola en un alimento ideal para controlar los niveles del colesterol malo. Esta sustancia reduce la absorción de grasas de los alimentos y, como no puede ser digerida por nuestro cuerpo, pasa a través de los intestinos rápidamente, según describen los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.