Originaria de África, existe una fruta que ha conquistado paladares en todo el mundo, desde Asia y Europa hasta América Latina. Y aunque es sumamente popular, muy pocos conocen sus beneficios para los huesos y la salud en general. Estamos hablando nada más y nada menos que de la sandía.
La sandía es famosa por su forma ovalada y su pulpa jugosa y roja, que la hacen ideal para los días calurosos. Pero más allá de su sabor, esta fruta es una auténtica mina de nutrientes.
Según Mayo Clinic, es rica en antioxidantes, antiinflamatorios, hidratantes, diuréticos y propiedades digestivas y antihipertensivas. Entre sus componentes más destacados se encuentra la vitamina C, crucial para el crecimiento y la reparación de los tejidos del cuerpo, los huesos y el cartílago. Esta vitamina también juega un papel esencial en la producción de colágeno, la absorción del hierro, la cicatrización de heridas y la formación de tejido cicatricial.
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El potasio, otro mineral presente en la sandía, es vital para la función nerviosa, la contracción muscular y la regulación de la frecuencia cardíaca. Además, contrarresta los efectos del sodio, ayuda en la producción de proteínas y en la absorción de carbohidratos. El magnesio, también presente en la sandía, contribuye al funcionamiento normal de los músculos y nervios, fortalece el sistema inmunológico, y ayuda a mantener los niveles de glucosa en sangre y la producción de energía.
La sandía no solo es deliciosa, sino que también es una excelente aliada para la salud. Su alto contenido de provitamina A, vitaminas del grupo B y E, calcio, fósforo, hierro y fibra, la convierten en una fruta extremadamente nutritiva. Sus grasas son mínimas, lo que la hace adecuada para cualquier dieta.
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El consumo regular de sandía puede prevenir la retención de líquidos, la formación de cálculos renales y enfermedades cardiovasculares. También se le atribuyen propiedades anticancerígenas, gracias a sus antioxidantes. Además, hidrata el organismo, fortalece el sistema inmunológico y protege la piel de los daños solares. En el ámbito deportivo, mejora el rendimiento físico debido a su capacidad para reponer líquidos y electrolitos perdidos durante la actividad física.
Una de las ventajas de la sandía es su versatilidad. No solo se puede disfrutar en rebanadas, sino que también se puede incorporar en una variedad de postres y platos. Las ensaladas de frutas, helados caseros, salpicones, jugos, sorbetes y mermeladas son solo algunas de las delicias que se pueden preparar con sandía. Incluso se puede añadir un toque de miel para realzar su dulzura natural.