Este 13 de septiembre se conmemora el . Juan Escutia, Vicente Suárez, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Agustín Melgar y Juan de la Barrera son los personajes que destacan dentro de la Batalla de Chapultepec de 1847.

Los cadetes defendieron al país durante el combate contra el ejército de Estados Unidos, en la disputa por el territorio nacional. No hay mexicano que no conozca su historia, pero ¿qué tanto hay de cierto en ella?

A lo largo de los años se ha puesto en tela de juicio lo que sucedió con estos jóvenes héroes. Al respecto, el historiador Alejandro Rosas comparte a los mitos y verdades del hito mexicano.

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Desmitificando a Juan Escutia

La primera vez que surgió la idea de conmemorar a los Niños Héroes fue en 1871. En aquel momento, el Colegio Militar empezó a pensar en organizar algún tipo de conmemoración y ahí se hizo la primera versión de ellos. No obstante, en el intento por dotar de identidad y unificar al país, llegaron los mitos.

Se dice, por ejemplo, que estaban castigados, que andaban borrachos y así le entraron al combate, que fueron ellos 6 contra todo el ejército estadounidense para defender a la patria o, incluso, que ni siquiera existieron.

Los anteriores son tan solo algunos de los mitos más populares, pero si hay una “víctima” de esta “historia (oficial) mal contada”, ese tendría que ser , el héroe que se envolvió en la bandera mexicana para evitar que cayera en manos de los norteamericanos… o al menos eso parecía.

“Ese es el primer mito que hay que quitarnos. Ya está comprobadísimo que Juan Escutia no saltó. Ningún otro cadete ni nadie se envolvió ese 13 de septiembre en una bandera y se arrojó de lo alto”, explicó Rosas, quien además es docente, escritor y divulgador de la historia de México.

Para entender lo que sucedió hay que ir por partes: “Acerca de Juan Escutia es increíble que se siga sosteniendo que sí se aventó, que sí se envolvió, cuando ya está demostrado que no por decenas de estudiosos de la época. Al parecer Juan Escutia no era un cadete, sino que venía como miembro del batallón activo de San Blas”, indicó.

Entonces, ¿de dónde proviene la anécdota de Escutia? El historiador recordó: “Sí había un soldado mexicano que se envolvió en la bandera, pero no fue en Chapultepec, sino unos días antes en la batalla del Molino del Rey y se llamaba Margarito Zuazo”.

Y añadió “Él se envolvió en la bandera antes de salir al combate y ahí lo mataron. De hecho, esa bandera está en el Castillo de Chapultepec. La que supuestamente utilizó Juan Escutia nos la quitaron los norteamericanos y al parecer fue devuelta, hay dos versiones: una que en 1950 los gringos la regresan y otra que en la época de López Portillo”, detalló.

Juan Escutia. Foto: Twitter @MuseoHistoria
Juan Escutia. Foto: Twitter @MuseoHistoria

Si son héroes pero… ¿niños?

Escutia no estaba solo en el campo de batalla, lo acompañaron otros cadetes que en conjunto fueron bautizados como “Niños Héroes”. Lo irónico de esto es que sí fueron héroes, pero no niños.

Sobre el mote, Rosas explicó: “Algunos tenían 13 años, pero de los seis que fallecen el más joven tenía 13 años y el más grande, que era Juan Escutia, tenía 19 años aproximadamente. El problema era que siempre que te contaban esa historia parecía que realmente eran 6 niños enfrentando a mil 200 norteamericanos y no”.

Los no tan niños héroes combatieron al enemigo con el apoyo de otros 50 cadetes que estaban ahí, más 800 soldados del ejército mexicano, y todavía llegaron 400 más del batallón de San Blas.

Eso sí, nada les resta el ímpetu de valentía y el amor con el que se lanzaron a la contienda para defender a la patria.

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La verdad que sí se cuenta sobre los Niños Héroes

Hasta este punto es importante mencionar que la “historia oficial” tiene, de cierto modo, su lado verdadero. Y es que, así como en ella existen mitos, hay aspectos que no fueron alterados.

“Son héroes porque decidieron quedarse en el Castillo voluntariamente a defender a la patria y a su colegio. El director del Colegio les había ordenado unos días antes a todos los cadetes que se fueran porque no tenían experiencia en combate y venían los norteamericanos bien armados. Entonces los poco más de 50 cadetes que estaban ahí lo hicieron como un acto de patriotismo y generosidad. Para mí eso es algo heroico, sí lo es”, mencionó Rosas.

Y enfatizó que este día “No solamente es la gesta de los Niños Héroes, sino la gesta del ejército mexicano, eso es algo que no se recuerda mucho”.

Sí estuvieron ahí, sí fueron reales, sí combatieron y, pese a que el ejército estadounidense salió victorioso, los tenientes y coroneles que sobrevivieron aceptaron la derrota ante su nación.

La derrota siempre se tuvo que aceptar, cuando pierdes la mitad del territorio no hay nada más que hacer. Ahí sí la historia oficial jamás cambió esa versión de la historia verdadera. El problema es que la historia oficial deconstruía a los personajes como héroes involutos, que no podían equivocarse, que no podían fallar. Ese es el problema”, señaló Alejandro.

La historia oficial, también denominada “historia de bronce”, polarizó lo que realmente sucedió: o había villanos o había héroes. “Eran héroes por lo que hicieron, pero de pronto perdieron su dimensión humana. Y más si la inventaron, como en el caso de Juan Escutia”, agregó.

Así, gracias a los mitos históricos, los Niños Héroes comenzaron a ser vistos como “estatuas de bronce perfectas”, y no como seres de carne y hueso.

Al cuestionar al historiador sobre los motivos por los que fueron construidos estos mitos, respondió: “Porque necesitaban, o al menos después de tanta guerra del Siglo XIX, se necesitaba crear identidad alrededor de ciertos símbolos. En el caso de los Niños Héroes yo creo que el mito fue muy explotado por el sistema y la historia oficial. Prácticamente se convirtió en una sarta de mentiras o medias verdades”.

Desde luego, la creación de una historia oficial impactó a nivel educativo, cultura y hasta en el concepto del nacionalismo para los mexicanos.

“Tuvo más impacto para quienes estudiamos la primaria y la secundaria en la segunda mitad del Siglo XX, porque realmente sólo creciste con una versión de los hechos que era la que te daba la historia oficial (la de los libros de texto). No había manera de cotejar nada más”, aclaró el especialista.

“En cambio ahora ya ni siquiera viene en los libros de texto el asunto de Juan Escutia. Entonces es un mito que se queda en el Siglo XX. Pero ahora estamos frente a otros mitos como si con eso fueras a borrar el pasado”, destacó.

Día de los Niños Héroes. Foto: UNAM
Día de los Niños Héroes. Foto: UNAM

Pese a mitos, Niños Héroes deben ser reconocidos en su día

Alejandro Rosas considera que, a pesar de lo mítico, este 13 de septiembre se debe honrar a los Niños Héroes, y a todo el ejército mexicano que los acompañó, con el debido respeto y reconocimiento que merecen.

Finalmente, el historiador, con más de 20 años de trayectoria, invita a reflexionar y cuestionar sobre cómo se cuenta y divulga la historia de México:

“Yo creo que hay que dejarlos de ver como si nada más ellos hubieran combatido, creo que el 13 de septiembre tenemos que recordar a todos los que combatieron en la defensa de Chapultepec, y a todos los que además defendieron la patria en esa guerra injusta contra Estados Unidos”.


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