Después de permanecer varios días hospitalizado, Ignacio López Tarso falleció a los 98 años. El mexicano se convirtió en un icono del Cine de Oro y en los primeros años de su carrera tomó la decisión de modificar su nombre real.
El primer actor perdió la vida a causa de una neumonía y oclusión intestinal. Sin embargo, dejó un legado amplio en el cine nacional y en el teatro, donde era conocido como Ignacio López Tarso.
Sin embargo, el segundo apellido con el que se hizo famoso no era el original. En realidad, el nombre completo del histrión era Ignacio López López.
Foto: Archivo EL UNIVERSAL
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El dramaturgo dio sus primeros pasos en la actuación dentro del Seminario Menor de Temascalcingo, Estado de México. A los 20 años lo abandonó por falta de vocación y realizó una instancia en el Servicio Militar.
Más tarde, se alejó del sector militar y sufrió una caída que lo dejó incapacitado. Durante ese tiempo, se interesó por la poesía de Xavier Villaurrutia , escritor que se convirtió en uno de sus grandes maestros.
Ambos se conocieron en 1948, cuando López Tarso comenzó a estudiar teatro en el recinto de Bellas Artes. En ese entonces, Villaurrutia impartía clases de actuación.
Con el paso de los años forjaron una gran amistad, pues Villaurrutia motivó a Tarso a incursionar en el mundo artístico. Y no solo eso, sino que fue quien le dio la idea de adoptar un sobrenombre.
Según lo relató para el programa televisivo “Taller de Actores Profesionales”, con humor, Villaurrutia le dijo al actor que sus apellidos reales, es decir, López López, “eran muy feos para un actor”.
Foto: Archivo EL UNIVERSAL
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En ese momento, la estrella del cine mexicano recordó las lecturas que hacía en el seminario, una de ellas sobre el santo San Pablo. Relató que, antes de ser conocido como San Pablo, era Saulo o Pablo de Tarso.
Por lo anterior, decidió adoptar los apellidos “López Tarso” . Y a su maestro, Xavier Villaurrutia, le agradó la idea.
Así, el icono de la televisión mexicana forjó una identidad en el medio artístico. Su paso por el cine quedó marcado con personajes que permanecen en el imaginario colectivo, como lo es Macario, Cri Cri “El grillito cantor” o El hombre de papel.
El histrión mexicano también cosechó diferentes premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional. Tan solo en 2006 recibió la Medalla de Oro Conmemorativa Bellas Artes que le otorgó el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
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