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Durante años, los especialistas en salud han insistido en la importancia de dormir entre 7 y 8 horas diarias para tener una vida saludable. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Sleep ha revelado que no solo la cantidad de horas dormidas es crucial para un buen descanso, sino que la regularidad con la que se duerme y despierta podría ser el factor clave para lograr un sueño reparador.
El estudio, realizado por expertos en salud del sueño, sugiere que mantener una rutina de sueño constante, acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, tiene un impacto más significativo en la calidad del descanso y en la salud general que simplemente dormir un número determinado de horas. Los investigadores explican que la coherencia en los horarios de sueño ayuda a estabilizar el ritmo circadiano, el reloj biológico que regula los ciclos de sueño y vigilia y que una desregulación en este ciclo puede llevar a problemas de salud a largo plazo.
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La importancia de una rutina consistente
Los hallazgos del estudio señalan que, aunque dormir entre 6 y 8 horas sigue siendo importante para el bienestar general, lo que verdaderamente determina si el sueño es reparador o no es la regularidad. Es decir, es más beneficioso para el cuerpo dormir a la misma hora cada día que dormir un número variable de horas en horarios irregulares.
"Nuestros resultados muestran que la regularidad del sueño es un factor clave para lograr un descanso reparador", explica uno de los autores del estudio. "Dormir las mismas horas todos los días ayuda a mejorar la calidad del sueño, optimizar el rendimiento durante el día y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la desregulación circadiana, como el insomnio y trastornos metabólicos".
Los especialistas advierten que la falta de una rutina de sueño consistente puede contribuir a una mayor fatiga, estrés, problemas de concentración e incluso aumentar el riesgo de enfermedades crónicas. Las personas que duermen de forma irregular, con horarios que varían considerablemente de un día a otro, son más propensas a experimentar alteraciones en su estado de ánimo y en su capacidad de atención.
Además, el estudio subraya que la regularidad del sueño es más fácil de implementar que aumentar la duración del mismo: "Mantener horarios regulares para dormir y despertar es una estrategia más factible que intentar dormir más horas". Esto es especialmente útil en un mundo donde las presiones laborales y sociales dificultan alcanzar el ideal de 8 horas de sueño diarias.
Consejos para mejorar la regularidad del sueño
Los expertos del estudio ofrecen una serie de recomendaciones para quienes desean mejorar su calidad de sueño a través de una mayor regularidad:
- Establecer una rutina: Fijar horarios constantes para acostarse y levantarse, incluso los fines de semana, ayuda a estabilizar el reloj interno del cuerpo.
- Evitar las siestas largas: Las siestas prolongadas durante el día pueden desajustar el ciclo de sueño nocturno.
- Limitar la exposición a pantallas: Evitar el uso de dispositivos electrónicos una hora antes de dormir ayuda a mejorar la calidad del sueño.
- Crear un ambiente propicio para dormir: Asegurarse de que el dormitorio sea cómodo, oscuro y tranquilo favorece el descanso.
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De este modo, el estudio subraya la importancia de una rutina de sueño regular para obtener un descanso reparador y mejorar la salud general. En lugar de enfocarse únicamente en la duración del sueño, adoptar hábitos consistentes puede ser la clave para dormir mejor y reducir el riesgo de problemas de salud a largo plazo.