El extraordinario sentido auditivo de los gatos es mucho más sofisticado que el de los humanos, permitiéndoles captar sonidos que para nosotros son completamente imperceptibles. Gracias a su capacidad de detectar frecuencias ultrasónicas, sonidos a largas distancias y estímulos emitidos por sus presas, los gatos desarrollan habilidades que los hacen cazadores excepcionales y extremadamente sensibles a su entorno.
Mientras que los humanos pueden escuchar sonidos hasta unos 16 o 20 KHz, Eduarda Piamore, Técnica en psicología, educación y adiestramiento canino y felino, manifiesta que los gatos tienen la capacidad de captar frecuencias de hasta 100 KHz. Esto significa que pueden escuchar sonidos ultrasónicos, frecuencias que pasan desapercibidas para nuestros oídos. Este talento auditivo es una de las razones por las que existen dispositivos de ultrasonido que se utilizan como repelentes para gatos, aunque no es una opción amigable para ellos.
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Los gatos son capaces de percibir sonidos que se producen a distancias de hasta 25 metros, lo que les permite detectar nuestra llegada mucho antes de que crucemos la puerta de casa. Este alcance auditivo también explica por qué a menudo parecen "hipnotizados" mirando hacia la nada: están escuchando algo que nosotros simplemente no podemos percibir.
Los ratones y otros pequeños roedores emiten sonidos de alta frecuencia que los gatos pueden captar con facilidad, aunque para nosotros resulten inaudibles. Estos ruidos son fundamentales para que los felinos localicen y cacen a sus presas con precisión. Además, sus orejas, que cuentan con 32 músculos, les permiten orientarlas y captar estos sonidos con mayor eficacia que los humanos.
Además, los gatos pueden percibir sonidos tan sutiles como las hojas moviéndose con el viento, las gotas de lluvia, o el batir de alas de aves e insectos. También se cree que son capaces de detectar vibraciones subterráneas, lo que podría explicar su sensibilidad ante desastres naturales como terremotos.
Gracias a este increíble sentido auditivo, los gatos no solo se adaptan mejor a su entorno, sino que también tienen la capacidad de interactuar con nosotros de formas que muchas veces pasan desapercibidas, como al detectar cambios en nuestra respiración o frecuencia cardíaca.
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Este nivel de sensibilidad convierte a los gatos en seres fascinantes con habilidades auditivas que continúan sorprendiendo a la ciencia.