La hipertensión es un problema de salud común que puede llevar a graves complicaciones si no se controla adecuadamente. Aunque los medicamentos son una opción, muchas personas buscan formas naturales de mantener su presión arterial bajo control.
Afortunadamente, existen métodos efectivos que pueden ayudarte a manejar la hipertensión sin necesidad de recurrir a fármacos. Según detalla Mayo Clinic, estas son tres estrategias clave que puedes incorporar en tu vida diaria.
El peso corporal tiene un impacto directo en la presión arterial. Cuando ganamos peso, el corazón necesita trabajar más para bombear sangre, lo que puede elevar la presión arterial. Además, el exceso de peso alrededor de la cintura, en particular, está asociado con un mayor riesgo de hipertensión. Reducir el peso corporal, aunque sea en pequeñas cantidades, puede tener un efecto significativo en la reducción de la presión arterial. Por cada kilogramo que pierdas, podrías reducir la presión arterial en aproximadamente 1 milímetro de mercurio (mm Hg). Controlar tu peso y mantener una cintura saludable son pasos fundamentales para prevenir y controlar la hipertensión de manera natural.
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El ejercicio es otra herramienta poderosa para controlar la hipertensión. La actividad física regular no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también fortalece el corazón, lo que le permite bombear sangre con menos esfuerzo. Esto reduce la fuerza sobre las arterias, disminuyendo la presión arterial. Se recomienda realizar al menos 30 minutos de ejercicio moderado todos los días. Actividades como caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta son excelentes opciones. Además, incorporar entrenamiento de resistencia y ejercicios de alta intensidad en tu rutina puede ofrecer beneficios adicionales para la salud cardiovascular. Mantener una rutina de ejercicios consistente es clave para controlar la presión arterial a largo plazo.
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La ingesta de sodio es otro factor crítico en el manejo de la hipertensión. El sodio hace que el cuerpo retenga líquidos, lo que aumenta el volumen de sangre y, en consecuencia, la presión arterial. Reducir la cantidad de sal en tu dieta puede disminuir la presión arterial significativamente. Se recomienda limitar el consumo de sodio a 2300 miligramos por día o menos, y para muchas personas, un consumo de 1500 miligramos diarios es aún más beneficioso. Esto se puede lograr leyendo las etiquetas de los alimentos, evitando productos procesados, y optando por hierbas y especias en lugar de sal para sazonar los alimentos. Cocinar en casa te da control total sobre la cantidad de sodio en tus comidas, lo que es una ventaja significativa para manejar la hipertensión.
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