Las personas debemos prestar mucha atención a nuestra piel ya que en ella podemos encontrar señales o síntomas cuando algo no está bien con nuestra salud. La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y su sensibilidad da muestras cuando algo en nuestro organismo cambia, por lo que conocer nuestro cuerpo es muy importante.
A través de la piel, no solo podemos descubrir cómo va avanzando el envejecimiento, sino que ciertas reacciones de nuestro sistema inmunitario se manifiestan a través de esta. Por lo tanto, cuando las personas encontramos algo distinto o anormal en ella, deberíamos consultar con un especialista para saber por qué se ha originado y qué significa.
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Al respecto, una de las evidencias que se presentan en la piel como una señal son los puntos rojos, conocidos también como puntos rubí o angiomas. Estos suelen ser de color rojo brillante, de forma circular u ovalada, y pequeños en diámetro. Algunos son planos y uniformes con la piel, mientras que otros se encuentran ligeramente levantados, describe un informe de la Clínica Jaime Vilar (España).
La mayoría de estos puntos rojos en la piel son totalmente benignos, así que “no hay necesidad de entrar en pánico”, expresa el dermatólogo Sebastián Podlipnik, del Hospital Clínic de Barcelona. El especialista afirma que se trata de lesiones vasculares cutáneas benignas muy comunes y que pueden desarrollarse en casi cualquier parte del cuerpo, aunque aclara que se desconoce la causa exacta por la cual aparecen, pero entiende que puede haber un factor genético que hace que ciertas personas sean más propensas a contraerlas.
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Por otro lado, algunas personas pueden ver aparecer puntos rojos en su piel pero puede tratarse de petequias. En estos casos, explica el Instituto Mayo Clinic, aparecen cuando los capilares sangran y se derrama sangre en la piel, algo que puede deberse a un esfuerzo prolongado, ciertos medicamentos o trastornos médicos. En estos casos, sí existen factores relacionados con nuestra salud y por lo tanto se recomienda la consulta con un médico.
Las causas más comunes de que aparezcan las petequias son: